El alcalde de El Rosario, Escolástico Gil, urgió ayer una solución frente al vertido de aguas residuales e industriales que ha obligado al cierre al baño del litoral de Bocacangrejo, así como de las playas de La Nea y Radazul. El líder del partido Iniciativa por El Rosario-Verdes (IR-Verdes) amenazó con que, de no recibir apoyo para resolver el problema, se verá abocado a "paralizar" la actividad en el Polígono Industrial de San Isidro-El Chorrillo, más conocido como de La Campana, de donde emanan parte de los vertidos y que cuenta con gran músculo económico, con alrededor de 300 empresas y considerado un importante generador de puestos de trabajo.

Concretamente, las emanaciones son consecuencia de una fisura en el pozo absorbente denominado Costanera I, al que van a parar las aguas de la Urbanización Costanera y del Polígono de La Campana. El regidor local entiende que el remedio pasa por derivar los fluidos de la Urbanización al de Costanera II y que los del Polígono sean llevados a un nuevo pozo ubicado en un terreno que en la actualidad se encuentra en manos del Cabildo de Tenerife. Ahí el motivo de sus palabras requiriendo ayuda, dado que necesita el visto bueno de la institución insular. Paradójicamente, esa parcela depende del Cabildo porque le fue cedida por el Consistorio para la construcción de la Estación de Tratamiento de las Aguas Residuales Industriales (Etari) del polígono de La Campana.

Según el relato de Gil, los problemas en el pozo de Costanera I se vienen produciendo desde hace tiempo. Se solía llenar y el Ayuntamiento tenía que proceder a su vaciado con camiones cisterna. "Hace prácticamente dos años, cuando entregamos la parcela [para la planta de tratamiento], entendíamos que ya se iba a comenzar, y hemos estado aguantando el tirón", manifestó ayer en declaraciones a este periódico sobre ese sistema -de sucesivos vaciados- que han venido manteniendo en los últimos años.

En esta ocasión la contingencia era otra: una grieta en la parte baja de la excavación. "Hemos declarado de emergencia la obra para desviar las aguas, solo de la Urbanización Costanera, al pozo de Costanera II, que está virgen y que es de la Urbanización", precisó sobre los pasos que vinieron tras conocer la rotura. "Con las del polígono hemos hecho una propuesta al Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF) para que nos las deje lanzar en un pozo absorbente de la parcela que cedimos al Cabildo", manifestó. ¿Y por qué había ahí una perforación de ese tipo? La realizó la propiedad anterior.

"Lo que intentamos con esto es cortar que las aguas del Polígono vayan a Costanera y terminen en la playa, y meterlas provisionalmente en este pozo absorbente, que es lo que le hemos pedido al CIATF", expuso el mandatario local. Añadió que la solicitud la formularon el sábado y que, en la mañana de ayer, no habían recibido respuesta. Y lanzó una alerta por si no lograsen el beneplácito: "Si no hay otra salida, tendremos que paralizar la actividad en el Polígono de La Campana".

Gil también rechazó que el vertido lleve dos meses. "Pedimos ayuda desde que se produjo la fisura; hubo un escrito de la concejala de Medio Ambiente y del edil de Aguas", sostuvo. "Tenerife debe apoyar este polígono", defendió en otro sentido. "Lo que pido es que se actúe como se hizo cuando hubo vertidos en el Polígono de Güímar, que el presidente de entonces del Cabildo y el consejero de Aguas, Carlos Alonso y Manuel Martínez, se pusieron al frente del problema y ayudaron a los municipios", recordó.

Una parcela de 8.000 metros

El alcalde planteó, en esencia, utilizar provisionalmente el pozo situado en la parcela de más de 8.000 metros cuadrados cedida en lo que se construye la estación de tratamiento de aguas residuales. Pero en ese último punto existe una discrepancia entre el Ayuntamiento y el Cabildo. "Le pusimos a disposición los terrenos; estábamos muy preocupados", apuntó Escolástico Gil, antes de lamentar que ahora le piden que sea el Consistorio el que financie la nueva instalación.

La documentación a la que ha tenido acceso EL DÍA recoge que, en julio de 2018, el Consejo Insular de Aguas de Tenerife le solicitó al regidor rosariero "la puesta a disposición" de la parcela "con objeto de que durante la redacción del proyecto se pueda proceder a realizar los correspondientes ensayos geotécnicos, así como el levantamiento topográfico necesario y posteriormente para la ejecución de dichas obras denominadas Estación de Tratamiento de las Aguas Residuales Industriales (Etari) del Polígono Industrial de San Isidro-La Campana y El Chorillo Industrial, términos municipales El Rosario y Santa Cruz deTenerife". En septiembre de ese mismo año, el Consistorio respondió afirmativamente al CIATF. Sin embargo, tras una solicitud de información, este órgano para la administración hidráulica de la Isla le comunicó el pasado 22 de enero al Ayuntamiento que ya disponía de la documentación del proyecto para la planta, así como del texto ambiental. Y cierra: "La cual se remite a esa corporación municipal una vez finalizado el apoyo técnico de este CIATF, a los efectos de que disponga de la misma y se determine la tramitación que se estime por conveniente (...)".

Recibido ese documento, el alcalde mantuvo una reunión la pasada semana con el presidente del Cabildo, Pedro Martín. "Me dijo que buscara financiación, porque ellos en ningún momento se habían comprometido a hacer esa obra; y sí que se comprometieron", aseguró. Además, contrastó esta realidad con la del mandato anterior, en el que el presidente insular y el consejero de Aguas "estaban dispuestos".

"El Rosario ha sido un municipio solidario; cedió la mayor parte de la costa, desde Hoya Fría hasta Costanera, y así le han pagado históricamente...", expresó descontento con lo sucedido. "Nos meten la prisión de Tenerife II, tenemos que buscar agua con la que no contamos para una cárcel en la que hay más habitantes que en el municipio de Vilaflor... ¿Dónde está la solidaridad de las administraciones canarias?", se preguntó. "Parecía en estos últimos cuatro años que eso se iba a solucionar, pero... ¿qué quieren: mandar otra vez a El Rosario al lado oscuro? Si los gobiernos del PSOE se callaron y no pelearon por su municipio, el de IR-Verdes y Sí se Puede no se va a callar", continuó.

Mientras en el despacho de Escolástico Gil había enfado, en la costa predominaba la calma. Las playas permanecían cerradas a la espera de un análisis de las aguas, pero sin mayores contratiempos. En La Nea, la imagen era la de un día soleado, con bañistas que se limitaban a tomar el sol y alguno que se atrevía a meter los pies en el mar. Por su parte, Bocacangrejo era un desierto a la hora del almuerzo, y el vertido -que llegó a la costa por este poblado- ya había dejado de correr.