Apuñala a su padre durante un brote psicótico en Tenerife y la Fiscalía pide 15 años de cárcel

La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife pide 15 años de prisión para una mujer a la que acusa de intentar asesinar a su padre con el que convivía en Guía de Isora, junto con otros tres hermanos, cuando sufría los efectos de un brote psicótico.

El representante del ministerio público sostiene que la acusada, al regresar a su casa, cogió un cuchillo de 10 centímetros de largo y se lo clavó en nueve ocasiones a su padre mientras éste se encontraba tumbado en el sofá tras gritarle: "¡Ahí estás, te voy a matar!"

Las cuchilladas se localizaron en el abdomen y el pecho y le provocaron a la víctima un colapso pulmonar que de no haber mediado asistencia sanitaria inmediata pudiera haber provocado su muerte.

La procesada ha sido diagnosticada de trastorno psicótico agudo con predominio de ideas delirantes, por lo que es posible que presentara en ese momento sintomatología aguda.

En consecuencia, es posible que la procesada sufriera en aquel momento una merma de sus capacidades cognitivas y volitivas. Por ello, la Fiscalía incluye el agravante de parentesco pero también el atenuante de alteración psíquica.

El Ministerio Público considera que la procesada perpetró el ataque de forma "sorpresiva y repentina", cuando la víctima se encontraba descansando y no pudo defenderse, circunstancia que aprovechó la acusada.

Como consecuencia del ataque, el hombre sufrió diversas heridas en el tórax, rodilla izquierda y mano derecha, para cuya curación fue necesaria una primera asistencia facultativa y tratamiento médico-quirúrgico, entre otros tratamientos.

Las heridas tardaron 40 días en curarse, de los que siete supusieron una pérdida temporal de calidad de vida grave y el resto moderada además de ocasionar múltiples cicatrices.

El padre, ya fallecido, nunca reclamó indemnización alguna a su hija por las lesiones sufridas y ésta permanece en situación de prisión preventiva desde que ocurrieron los hechos.

También se solicita que una vez que salga de prisión, en caso de ser condenada, permanezca ocho años en situación de libertad vigilada aunque dado que el padre ya no está con vida no se impone orden de alejamiento.