El Seprona de Puerto del Rosario, en la isla de Fuerteventura, ha investigado a una mujer por la tenencia de una perra de caza, en concreto de la raza podenco, en estado precario, por cuanto el animal padece una severa patología, considerada grave, de lesión cutánea. De igual manera se investiga a un varón por la tenencia de una perra de caza que se encontraba sola en calle y en un mal estado físico, con infección parasitaria, supuración de los ojos y con gran cantidad de tumores de gran tamaño.

Así lo ha informado la Guardia Civil, que agrega que la investigación del primer caso se inició fruto de la colaboración de una veterinaria que prestó asistencia a un podenco canario por una patología grave de lesión ulcerativa cutánea, el cual debería seguir con el tratamiento para poder recuperar las lesiones graves que el can tenía en la piel.

Además, la denunciante declaró que su propietaria no quería continuar con el tratamiento de curación diagnosticado, alegando carecer de ingresos y medios para ese fin, poniendo la vida del perro en grave peligro en caso de no proceder a su inmediato tratamiento, aportando informe veterinario donde se detalla la patología y tratamiento a seguir. Por ello, el Seprona se personaba en el domicilio de la dueña e incautaba de manera cautelar mediante acta, por tratarse de una prueba de convicción, para con posterioridad entregarle el animal a a protectora denominada Fundación Finca Esquinzo, que se ha encargado del can como depositaria cautelar y a disposición de la Autoridad Judicial.

En cuanto al otro perro, fue encontrado en la vía pública, sin la custodia de su propietario, y presentando como el anterior un lamentable estado físico, con infección parasitaria, supuración de los ojos y gran cantidad de tumores, de gran tamaño, haciéndose cargo del animal la perrera de la localidad de La Pared una vez activado el servicio de recogida.

En este otro caso, el informe veterinario recogió la plena identificación del animal y las patologías que presentaba, que ponían en riesgo la vida de la perra y que, como mínimo, representaban un sufrimiento intolerable en ausencia de tratamiento veterinario, tales como alta carga parasitaria externa, delgadez extrema, malformaciones con úlceras y conjuntivitis bilateral.

Por todo ello, se notificó mediante acta la incautación cautelar al titular y se informó al responsable de la perrera de la mancomunidad centro-sur de Fuerteventura que el ejemplar quedaba en depósito cautelar y a disposición de la autoridad judicial como prueba de convicción.