Crimen en Tailandia

La defensa de Sancho pretende que siga aislado del resto de presos para proteger su integridad física

“Entendemos que debido a todo el ruido mediático y la atención de los periodistas españoles en Tailandia, será lo mejor para su seguridad física"

Daniel Sancho.

Daniel Sancho.

Adrián Foncillas

Los abogados de Daniel Sancho, asesino confeso de Edwin Arrieta, pretenden que su defendido siga en la enfermería de la prisión de Koh Samui cuando esta semana terminen los diez días de aislamiento que ordena el protocolo anticovid. Su anhelo es que no sea enviado al módulo de presos, señala Ramón Chippirrás, abogado criminalista contratado por la familia como portavoz junto a Carmén Balgafón. “Entendemos que debido a todo el ruido mediático y la atención de los periodistas españoles en Tailandia, será lo mejor para su seguridad física. El gobierno, con todos los focos apuntándole, no querrá que le pase nada en una celda con otros 30 presos”, ha desvelado Chippirrás a EL PERIÓDICO DE CATALUÑA, del Grupo Prensa Ibérica, en conversación telefónica. El portavoz apunta que Sancho ha sufrido un “bajón anímico” desde su entrada en prisión.

El hijo del célebre actor Rodolfo Sancho permanece en la enfermería desde que el lunes pasado el juez dictara la prisión preventiva por los delitos de asesinato premeditado y ocultación de pruebas. El acusado admitió su culpabilidad, como había hecho antes en los interrogatorios policiales, pero su equipo jurídico no desvela si se retractará en el inicio de la fase oral. “Tenemos que examinar todas las actuaciones policiales y judiciales antes de tomar una decisión”, revela Chippirrás, quien alude a las cuatro declaraciones distintas de su defendido. Sólo en la primera se declaró inocente. En las siguientes, ante el amontonamiento de evidencias, asumió su culpabilidad y ayudó a la policía en la reconstrucción del crimen y la búsqueda de los restos del cadáver de Arrieta. “En todas sus declaraciones hay detalles diferentes”, enfatiza Chippirrás. Sus abogados las han pedido todas para saber si fueron grabadas o si se realizaron en castellano o inglés. El portavoz de la familia asume que, en contra de lo sugerido en la tormenta mediática, carecen de dudas sobre la policía nacional. “Por lo que sabemos, actúa de forma profesional”, asegura.

Las investigaciones avanzan con viento de cola. Un policía local desvelaba a este diario que les bastarán tres semanas para terminarlas, empaquetar las conclusiones y enviárselas a la Fiscalía para que pueda iniciarse el juicio. Son plazos extraordinariamente cortos en el sistema penal tailandés, que concede casi tres meses a la policía para finiquitar sus pesquisas tras la orden de prisión preventiva. La anunciada rueda de prensa del martes en la comisaría de Koh Phangan ha alimentado las especulaciones del anuncio de su final.

Supondría un récord de agilidad pero ya desvelaba un agente esta semana a este diario que estaban “seguros al 100%” de contar con las necesarias evidencias para sostener la acusación de asesinato premeditado. Está previsto que este fin de semana lleguen desde Bangkok los análisis de ADN practicados en la camiseta de la víctima y en la sangre del suelo del hotel que confirmen la identidad de Arrieta.

Desde el equipo jurídico del asesino confeso se ha sugerido en las últimas horas la posibilidad de un cómplice en el crimen. Despedazar un cuerpo en tan pocas horas, sostienen, es una labor utópica para una sola persona, incluso para una con la extraordinaria forma física de Sancho. “Alguien más ha intervenido en esto, por tiempo y porque tenemos acceso a cierta información que nos dice que estos restos que han encontrado los sanitarios no los podía haber hecho una sola persona”, aseguran desde el Despacho Criminológico-Jurídico Balfagón-Chippirrás. En ese sentido, la cosocia del bufete, Carmen Balfagón, también defiende esta hipótesis.

La mitad de los 15 pedazos en los que fue seccionado el cadáver de Arrieta no han aparecido aún a pesar de la cooperación de Sancho. La policía lo achaca a su desorientación de aquella noche en una zona que desconocía y en un estado nervioso alterado.

No parece que el juicio tenga que aclarar más cuestiones que la premeditación. Chippirrás no desvela si se aferrarán al arrebato. “Necesitamos todas las piezas del puzzle, por ahora sólo tenemos las que vienen de la policía o los medios de prensa. Queremos conocer el proceso en su integridad. Después decidiremos”, anuncia.