El conato de incendio que afectó el pasado sábado al barrio orotavense de Pinorele está extinguido. Esa es la mejor noticia posible que dieron anoche los responsables de la gestión de una emergencia que acabó quemando unas siete hectáreas de monte bajo. Este comunicado llegó después de una jornada maratoniana que se inició al borde la medianoche del sábado. Y es que una vez se tuvo controlado el perímetro arrasado por las llamas se organizaron varios retenes para trabajar durante toda la madrugada del domingo en la zona.
Con los vecinos evacuados ya en sus casas –durante la tarde del sábado se desalojaron más de una quincena de viviendas por la cercanía del fuego–, unidades específicas del Consorcio de Bomberos de Tenerife y la Brifor se emplearon a fondo para refrescar la parcela quemada. Estas labores continuaron al amanecer y se extendieron de manera continuada hasta bien entrada la tarde del domingo: las altas temperaturas y la presencia de un viento de poca intensidad obligaron a extremar las precauciones para evitar nuevos sustos. Eso sí, cuando los recursos de emergencia se empleaban aún en Pinorele se recibió una alerta sobre la existencia de un conato en una ubicación próxima conocida como El Bebedero que, afortunadamente, quedó anulado sobre la marcha.
Un equipo de especialistas de la Guardia Civil volvió ayer al punto donde se originó el fuego –en las primeras horas de la tarde del sábado– para completar las diligencias de un informe abierto con el objetivo de aclarar las causas que motivaron esta incidencia: en un primer momento se apreciaron dos focos de propagación alejados entre sí, por lo que cobra fuerza la teoría de que el incendio fuera provocado. Fuentes del Ayuntamiento de La Orotava indicaron al cierre de este edición que si en las próximas horas «las condiciones meteorológicas son favorables, el conato podría quedar resuelto al cien por cien». Asimismo, valoraron de forma positiva la gran colaboración de los vecinos.
