Los responsables del restaurante La Sirena de Benicàssim, en Castellón, ubicado en el paseo, no sufren únicamente los daños provocados por la gran tromba de agua, sino también los causados por la entrada de los ladrones en su bar la misma noche en que la lluvia se convertía en protagonista en todo el municipio. El domingo, mientras limpiaban todo el barro acumulado en el establecimiento, mostraban a este diario la puerta de entrada forzada por los asaltantes, así como también las máquinas tragaperras absolutamente destrozadas por una palanca para hacerse con el dinero del interior.

"Una persona ha visto salir a un encapuchado del local y en el exterior le esperaba otro hombre con el coche en marcha, preparado para huir. Hemos sufrido muchos robos ya, hubo un año que fueron hasta seis, pero hoy se ha sumado a las inundaciones y estamos desbordados", explicaban los gerentes mientras revisaban todos los desperfectos ocasionados.

"Una cascada de agua lo sepultó todo en segundos"

Susana Brea regenta desde hace 16 años un kiosko próximo al Eurosol y el domingo vio como una "gran cascada" lo sepultaba todo bajo el agua en cuestión de segundos. "Yo abrí mi tienda tras las lluvias de la noche, pero la situación no era crítica a primera hora. Sin embargo, sobre las 8.00 de la mañana, esto fue un desastre. Se inundó absolutamente todo. Todos los complementos están flotando en el agua: zapatillas, sombreros, ropa... No sé si podré volver a abrir mi negocio", explicó con preocupación en conversaciones con este periódico.

Sus familiares y conocidos trataban ayer de darle ánimos a esta vendedora de prensa y regalos que no daba crédito al estado en el que había quedado su tienda tras la tromba de agua. "Esto no ha sido de la lluvia, esta cantidad de agua ha entrado de la calle porque el alcantarillado no daba para más, estaba totalmente colapsado", aseguró Brea mientras mostraba los daños.