El responsable de un negocio de hostelería de La Laguna será juzgado la próxima semana acusado de agredir y abusar sexualmente de varias camareras que contrató, una de ellas menor de edad, y también de acosar a varias candidatas durante el proceso de selección.

La Fiscalía pide para el acusado 37 años de cárcel por un delito de agresión sexual, dos de abuso sexual y siete de acoso, además de diez años de libertad vigilada, y en concepto de responsabilidad civil, el pago de 23.000 euros en indemnizaciones por daños morales para sus víctimas, y en el caso de la menor de edad, para su madre.

Según se recoge en el escrito de acusación, el procesado se aprovechaba de la posición de superioridad que le daba el hecho de ofertar un trabajo de camarera atentó contra la libertad e indemnidad sexual de varias trabajadoras, a las que realizaba comentarios soeces, insinuaciones y tocamientos.

Además, las invitaba a tomar copas o chupitos, tras lo cual las víctimas se sentían mal y alguna tuvo que acudir incluso a un centro sanitario.

Otra llegó a perder sus facultades volitivas, según se sostiene en el escrito de la Fiscalía, lo que aprovechó el acusado, que había preparado las bebidas, para realizarle tocamientos y finalmente consumar el acto sexual.

A esta trabajadora en concreto ya le había hecho comentarios sobre su físico durante la jornada laboral, y ella le había "dejado claro su negativa a mantener cualquier tipo de contacto sexual" con el encausado.

En el escrito de acusación también se recoge un episodio en el que otra trabajadora, menor de edad, tomó varias copas junto con unas amigas preparadas por el acusado, y que al volver al local a por una chaqueta que había dejado olvidada, aquel aprovechó que estaban a solas para mantener relaciones sexuales.

Asimismo, alude a un episodio en el que el acusado le dijo a una trabajadora que lo acompañara al garaje a coger mercancía y una vez allí sacó unas esposas y se las colocó, y hasta que no consiguió besarla y tocarle los pechos y sus partes íntimas no se las quitó.

Una semana después, esta trabajadora tomó una copa que le sirvió el acusado y se empezó a sentir mal, vomitó y tuvo que acudir a un centro de salud, donde fue diagnosticada con una intoxicación etílica aguda. La chica, que presentaba ansiedad y náuseas, refirió que le pudieron haber puesto "algo" en la copa.

En cuanto al resto de víctimas, la Fiscalía señala en su escrito que el procesado, tanto en las entrevistas de trabajo como luego cuando las contrataba les realizaba numerosos comentarios sugiriendo a las mismas comportamientos sexuales.

Eso, cuando no se rozaba contra ellas o les daba besos sin su consentimiento, mientras les preguntaba por su ropa interior, si se meterían con él en el baño o cuál era su postura sexual favorita.

Varias de estas trabajadoras también refirieron que se sintieron mal tras tomarse un chupito que aquel les había preparado.

En la entrada y registro en el domicilio y la taquilla del acusado la Policía encontró los currículos de estas trabajadoras, unos grilletes y una pastilla de viagra.