La madre de las niñas acudió al puesto de El Rosario y entre las 22:30 y las 22:40 habló con el padre desde el cuartel. A las 23:15 horas el progenitor fue parado en la bocana de la Dársena Pesquera por el Servicio Marítimo del cuerpo, cuyos integrantes no conocían la situación de Zimmermann.

La Guardia Civil abrió una información reservada para revisar la actuación policial desde que se inició la búsqueda de las niñas de Tenerife desaparecidas junto a su padre, Tomás Gimeno, según fuentes del Instituto Armado, que subrayan que se trata de un procedimiento habitual en este tipo de casos.

Las citadas fuentes añaden que la Guardia Civil suele abrir de oficio este tipo de informaciones reservadas por afectar a protocolos internos que requieren de sigilo para no perjudicar a futuras investigaciones. Añaden que sólo se eleva un informe para depurar responsabilidades en el caso de que se constatara algún fallo o mala praxis dentro de la secuencia.

La clave de la situación sobre si se pudo detener o no a Tomás Gimeno se concreta en un periodo de tiempo comprendido entre las 22:30 horas y las 23:21 horas del pasado 27 de abril. Tras ser informada por el padre de que no iba a ver más a las niñas ni a él, la madre, Beatriz Zimmermann, acudió a las 22:30 horas al puesto de la Guardia Civil en Radazul para informar de la situación. Durante diez minutos, la mujer y hasta un agente hablan con Gimeno para intentar disuadirlo de que se llevara a las menores. Ya el padre había asesinado a sus hijas y las había tirado por la borda a tres millas de la costa de Santa Cruz.

Pero a las 23:15 horas, fue interceptado por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil en la bocana de la Dársena Pesquera. Le dieron el alto y lo denunciaron por incumplir el toque de queda. Pero estos agentes no sabían la alerta dada por la madre.