El hombre acusado de matar a su madre en el municipio palmero de Los Llanos de Aridane, Germán Ortega, acaba de reconocer que acabó con la vida de su progenitora y que lo hizo sin poder controlarse, ya que estaba bajo la influencia de las drogas. Los hechos ocurrieron en febrero del año 2019 en el interior de la vivienda de la víctima, en las proximidades del campo de fútbol de la localidad.

Esta mañana ha comenzado el juicio con Tribunal de Jurado que se sigue contra él en la Sección II de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por un delito de asesinato y otro de malos tratos habituales, por el que la Fiscalía solicita para él 27 años de prisión en total.

El varón se mostró arrepentido de lo que hizo con su madre, Eduvigis Patricia. "No era yo, no me di cuenta de lo que hacía", señaló ante la pregunta que le hizo el magistrado presidente del Tribunal. Además, apuntó: "me declaro culpable, no pude controlarme".

El fiscal delegado de Violencia de Género, José Luis Sánchez-Jáuregui, explicó que Eduvigis sufrió maltrato físico y psíquico por parte de su hijo. El representante del Ministerio Público aclaró que esos ataques fueron en aumento hasta que provocó la muerte de la afectada. Sánchez-Jáuregui añadió que el Ortega actuó con alevosía y ensañamiento sobre su madre, ya que, por una parte, esta no tuvo opción alguna de defensa, y, por otra, a la mujer le causó un dolor y sufrimiento innecesario.

La abogada de la Acusación Popular, ejercida por el Instituto Canario de Igualdad, coincidió en la exposición de motivos con el fiscal, pero en su escrito añadió la agravante de género, es decir, que Eduvigis falleció por su condición de madre y mujer. Dicha letrada añadió que "cada golpe a su madre" por parte del procesado "fue un mensaje de dominación".

La abogada de la Defensa recordó la dependencia de las sustancias estupefacientes de Germán Ortega, que comenzó a beber alcohol con ocho años; se inició en el consumo de cocaína y marihuana con 15, y a los 19, a la heroína inhalada y el crack.