El trabajo del barco oceanográfico Ángeles Alvariño para contribuir a la búsqueda de las niñas Anna y Olivia, así como de su padre, que desaparecieron en la noche del 27 de abril y en la madrugada siguiente, respectivamente, comenzará este domingo.

El buque llegó a las 17:30 horas de ayer al puerto de Santa Cruz de Tenerife y permaneció atracado en el Dique Sur. Como ya es sabido, su función consistirá en efectuar un rastreo lateral de los fondos marinos, gracias a un sonar que detecta anomalías en la orografía y, cuando se estime oportuno, se sacará el robot Liropus para inspeccionar mejor con sus cámaras de vídeo.

Según las fuentes consultadas, esa labor se desarrollará, en principio, frente a las costas del municipio de Santa Cruz de Tenerife. Se trata del área más próxima al puerto deportivo Marina Tenerife, desde la que salió Tomás Gimeno en dos ocasiones: a las 21:30 horas del 27 de abril y a las 00:30 horas del día 28. Antes de que empiece la inspección, se desarrollará una reunión en la que tomarán parte tripulantes e investigadores del Ángeles Alvariño y algunos investigadores de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, con el objetivo de coordinar las acciones.

Este ámbito de la localización se inicia cuando se ha cumplido un mes y tres días desde que la madre de las pequeñas las vio por última vez la tarde del 27 de abril.

El robot Liropus pesa unos 500 kilos y requirió una inversión de 1,5 millones de euros. Una grúa lo introduce en el mar por la popa de la embarcación y puede efectuar trabajos hasta unos 2.000 metros de profundidad.