El cadáver de la mujer localizado el viernes de la semana pasada en aguas del municipio de San Juan de la Rambla no tenía signos de haber sufrido una muerte violenta por parte de terceras personas. Según fuentes próximas a la investigación, así se desprende del informe preliminar de la autopsia realizada hace varios días en las dependencias del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife. En cualquier caso, algunas muestras del cuerpo también han sido remitidas al Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Canarias para determinar si en la muerte de dicha ciudadana influyó alguna sustancia tóxica. Y estos análisis por lo general tardan más en el tiempo. Según las diversas fuentes consultadas, todos los indicios apuntan a que ese cuerpo localizado en la zona litoral de La Corredera, cerca de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, corresponde a la joven Lourdes Moix Pujolras.

Esta persona permanecía desaparecida desde el pasado 7 de diciembre en el municipio del Puerto de la Cruz. El anuncio de que no había sido localizada por su entorno fue divulgado por la organización SOSDesaparecidos el 13 de diciembre, es decir, apenas unas horas antes de que fuera localizado su cadáver. El cuerpo fue encontrado en avanzado estado de descomposición, por lo que todo apunta a que su fallecimiento se produjo poco después de que no pudiera ser localizada por sus familiares y amigos. El caso de la mujer catalana Lourdes Moix Pujolras es similar a otro ocurrido hace poco más de un año también en el municipio del Puerto de la Cruz. El 29 de noviembre del 2018 se produjo la desaparición de Amy Louise, una joven de nacionalidad británica, que, tras estar de fiesta por el citado enclave turístico del Norte de Tenerife, se acercó al litoral, supuestamente sufrió una caída al mar y fue hallada muerta en el mar.

Esta persona tenía 29 años, medía 1,77 metros y pesaba en torno a 60 kilos. La última vez que se la vio con vida por sus conocidos estaba en un bar inglés del Puerto de la Cruz. La Policía Nacional abrió una investigación para determinar si sufrió una muerte violenta. Pero la autopsia no detectó que en su fallecimiento interviniera otra persona. Y el asunto quedó finalmente archivado.