La 'Patomanía' llena de patitos solidarios y repletos de arte las calles de La Laguna

La tienda Fernando González inaugura un proyecto solidario en el que creadores isleños diseñan patos de goma que luego se subastarán

El pato 'Dolores' ante el Teide.

El pato 'Dolores' ante el Teide. / El Día

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

A lo largo de los años, los patitos de goma han lucido todo tipo de ropas. Desde las profesiones más locas a los personajes de ficción del momento, estos juguetes han innovado siempre en su indumentaria. La tienda Fernando González se suma a la moda e invita a artistas isleños a vestirlos con su arte.

Parece que los patitos de goma no pasan de moda y en La Laguna están totalmente a la orden del día gracias a una iniciativa que ha unido la solidaridad con la creación artística. Patomanía es el nombre de este proyecto que ha arrancado este mes de abril y se ha propuesto poblar de los patos más originales los escaparates de la emblemática tienda de decoración lagunera Fernando González. Pero los patitos no se quedarán ahí y prometen recorrer los lugares más conocidos de la Isla para sacarse las más variadas fotografías.

Fernando González se ha convertido con el paso de los años en una de las tiendas más emblemáticas del casco histórico lagunero. No en vano lleva abierta ya más de 70 años y se ha ido adaptando a las diferentes etapas y tendencias del mundo de la decoración, el menaje y el regalo. Desde hace muchos años, el comercio ha tenido una relación especial con los patos de goma, que en más de una ocasión han conquistado los escaparates y el corazón y las estanterías de muchos de sus clientes.

Ahora, la tienda ha querido ir un paso más allá y han decidido compartir su pasión por estos pequeños patos junto a un grupo de artistas que, desinteresadamente, ofrecerán su particular visión sobre estos objetos de decoración. Así, desde este mes de abril y hasta final de año, cada 30 días un nuevo creador decorará su propio patito y a final de año se llevará a cabo una subasta de los mismos. Todo lo recaudado irá destinado a colaborar con Teidela, la asociación sin ánimo de lucro para la lucha contra el ELA en Canarias.

El artista polifacético palmero Fran Pedrianes está detrás de esta iniciativa, que se le ocurrió unos meses después de tomar las riendas de los perfiles en las redes sociales de la tienda lagunera. Innovar en los escaparates del comercio y dar una nueva oportunidad a los creadores isleños son los motivos que condujeron a Pedrianes a embarcarse en esta aventura. Estos patos que protagonizan la iniciativa solidaria de Fernando González son más grandes que los que habitualmente se venden y tienen unos 20 centímetros de largo por unos 18 centímetros de alto.

Jenifer Doann es una creadora multidisciplinar tinerfeña que estrena este proyecto para el que ha apostado por el collage para dar forma a Dolores, la primera obra de arte de Patomanía. Estudió la carrera de Psicología y aunque trabaja como tal, nunca ha abandonado la faceta artística y emplea las terapias expresivas para esta labor porque, asegura, «todo ello forma parte de mi día a día y lo considero una herramienta laboral y de crecimiento personal».

Jenifer Doann junto a su pato 'Dolores' en la tienda Fernando González.

Jenifer Doann junto a su pato 'Dolores' en la tienda Fernando González. / El Día

Desde edad temprana cultivó su pasión por el arte, experimentando con una amplia gama de técnicas y estilos. Su enfoque y su capacidad para fusionar distintos medios la han llevado hasta la escena artística contemporánea. Asegura que se mantiene en constante aprendizaje, desafiando los límites del arte tradicional mientras explora nuevas formas de expresión y se sumerge en su práctica artística. De este modo, más allá de su faceta como psicóloga, también desarrolla trabajos puramente creativos y hasta tatúa con el método handpoke en algunas ocasiones. También vende algunas de sus creaciones, como láminas, en varias tiendas.

Cuando le propusieron inaugurar el proyecto Patomanía, no lo dudó porque, además, «tiene un objetivo fantástico», que es el de colaborar con la asociación Teidela. Su pato, Dolores, está realizado a base de materiales reciclados, y para darle forma en primer lugar llevó a cabo la imprimación, «con mucha paciencia», afirma la artista, que por eso decidió bautizarlo de esta forma.

Reconoce que durante un tiempo no supo muy bien cómo enfocar este proyecto, porque era la primera participante y por eso el patito «ha tenido varios vestidos que no terminaban de encajarle». Finalmente, optó por trabajar de la manera que más cómoda la hacía sentir, empleando cola y papel reciclado que le permitió sumergirse plenamente en el proceso que, asegura, «disfruté un montón». Ahora, anima a otros artistas a participar en este proyecto dado el cariz solidario del mismo y se muestra deseosa de poder ver la colección final que ofrecerá el proyecto a final de año, cuando tiene claro que los potenciales compradores tendrán dificultades para decantarse por un patito favorito.