Los murciélagos que habitan Canarias se convierten en polinizadores de flores

Investigadores del IPNA-CSIC descubren que estos mamíferos voladores visitan flores y árboles frutales para alimentarse cuando los insectos escasean en entornos aislados

Un murciélago visita una flor para recolectar su néctar.

Un murciélago visita una flor para recolectar su néctar. / Jens M. Oleesen

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Los murciélagos que viven en las Islas polinizan las flores y dispersan las semillas de los frutos como de abejas o lagartos se tratara. Este cambio en los patrones habituales de comportamiento del mamífero volador ha llamado la atención de los investigadores del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) que, tras corroborar este hallazgo, ha puesto de manifiesto la necesidad de seguir investigando para conocer el papel que están jugando en el ecosistema canario. 

«Queríamos saber si estos vertebrados insectívoros hacen lo mismo que hemos observado en aves y lagartos de tamaño medio en las Islas», explica el biólogo del IPNA-CSIC, Alfredo Valido. En concreto en entornos aislados como las islas, en los que la abundancia de insectos brilla por su ausencia, estos vertebrados acaban incluyendo en su dieta néctar y polen para poder sobrevivir. «Al hacerlo, se convierten en polinizadores, que aunque visitan sin un patrón claro las flores y árboles de las Islas, pueden jugar un papel fundamental en la dispersión de semillas y, por ende, en la supervivencia de esa planta. 

La mitad viven en islas

Para estudiar el comportamiento de los murciélagos, que son animales muy difícilmente observables, los investigadores realizaron un análisis bibliográfico que incluyó la distribución geográfica (insular y continental) de la totalidad de las casi 1.400 especies de murciélagos que habitan el planeta y las dietas (si se decantaban más por los insectos o néctar) en un total de 905 especies. 

Los murciélagos canarios visitan plantas tan emblemáticas como el tajinaste rojo

Los resultados obtenidos en un primer análisis mostraron que aproximadamente la mitad de las especies de murciélagos del mundo están presentes en ecosistemas insulares y de éstas, el 12% (165 especies) son especies endémicas de algún archipiélago. 

Pero lo que les llamó mas la atención fue que los murciélagos que habitan en islas, tanto continentales (como Madagascar) como oceánicas (como Canarias) visitan flores de forma más frecuente que los que habitan en el interior de los continentes. «Es una conclusión preliminar, pues debe ser ratificada por observaciones in situ, pero creemos que la visita de murciélagos a las flores podría igualmente ser considerado un fenómeno insular», insiste Valido. 

Los investigadores no han tardado en empezar a testar su hipótesis en Canarias. Para ello han llevado a cabo diferentes estudios. Por un lado, han analizado 34 especímenes (de 7 especies) colectados en las Islas en varios museos y departamentos universitarios de las Islas en busca del polen que pudiera haberse quedado en sus bigotes. La mitad de ellos (17 ejemplares distribuidos en 3 especies) tenían polen en sus rostros de al menos nueve especies de plantas. 

Las relaciones mutualistas entre animales y plantas son clave para los ecosistemas

Además, resultados obtenidos de una investigación en curso sobre visitantes florales nocturnos en algunas especies de plantas endémicas de Canarias han confirmado que, durante las noches, los murciélagos salen a la luz de la luna para probar el nectar del tajinaste rojo del Teide (Echium wildpretti), los nomeolvides (Boraginaceae) y la higuereta (Ricinus communis) y la malva (Navaea phoenicea).

Primeras evidencias

Este estudio realizado desde Canarias proporciona las primeras evidencias de que las visitas de murciélagos a las flores podrían ser consideradas como un fenómeno insular que valdría la pena estudiar para entender mejor qué papel juegan en el ecosistema. 

No obstante, como insiste el investigador, se requiere de más estudios que incluyan observaciones nocturnas (mediante cámaras-trampa y videos infrarrojo), así como la inspección de muestras de polen tanto en individuos capturados en el campo como aquellos especímenes depositados en colecciones científicas. «Hasta que no tengamos datos empíricos no podemos dar por segura esta conclusión», insiste Valido. 

Vertebrados como aves y lagartos juegan un papel en la dispersión de semillas en islas

Conocer estas relaciones mutualistas entre los animales y las plantas es fundamental para Canarias, pues solo así se podrán llevar a cabo acciones certeras para la conservación del medio y de los endemismos. Más aún cuando el importante trabajo que realizan los dispersores de semillas (lagartos y aves, fundamentalmente) para los ecosistemas de Canarias, se está viendo amenazados por el cambio climático, la llegada de especies exóticas y la fragmentación de los ecosistemas.

El declive de estas relaciones preocupa y mucho a los científicos. No en vano, un reciente artículo publicado en la revista Science advertía que los animales que realizan esta importante función biológica para los ecosistemas, lo hacen mucho menos que antaño, concretamente un 60% menos. 

Y es que en estas relaciones mutualistas entre animales y plantas ganan ambos. Los animales reciben una recompensa nutritiva en forma de fruto y las semillas de la planta son trasladadas hasta otro lugar, de tal manera que puedan seguir vivas y ser competitivas. Esto quiere decir, por tanto, que si este trabajo se deja de hacer, también pierden ambos.

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