Explicación científica
¿Por qué hay personas que (casi) nunca enferman?
Uno de los factores más importantes para mantenerse sanos no es tanto la fortaleza del sistema inmune sino su capacidad de adaptarse rápidamente para hacer frente a infecciones y procesos inflamatorios
Valentina Raffio
Todos conocemos a alguien que nunca (o casi nunca) se enferma. Como aquellas personas que durante la pandemia de covid-19 se expusieron al virus una y otra vez y, aun así, nunca enfermaron. Esta habilidad, que a veces incluso parece un superpoder, ha intrigado durante años a la comunidad científica porque, al menos hasta ahora, tan solo teníamos unas pocas pistas para entender qué puede haber detrás de este fenómeno. ¿Pero cuál es la razón por la que algunas personas enferman menos que otras? Según apunta una nueva investigación publicada este mismo martes en la revista 'Nature Communications', la respuesta podría estar en una característica innata conocida como resiliencia inmunológica.
Para entender de qué se trata, empecemos esta historia por el principio. Incluso antes de nacer, nuestro cuerpo empieza a desarrollar su sistema inmune. Es decir, un 'escudo' invisible que diseñado para defender a nuestro cuerpo de virus, bacterias y otros agentes tanto internos como externos. Esta barrera protectora se configura, por una parte, en función de factores genéticos y, por otra parte, a través de elementos ambientales como, por ejemplo, hábitos como la alimentación, el ejercicio, el descanso y la gestión del estrés. Todos estos elementos, que pueden ir cambiando a lo largo de la vida, son los que finalmente determinan la fortaleza de nuestras defensas. ¿Pero por qué dos personas que tienen los mismos hábitos enferman de forma diferente? ¿Y sobre todo por qué hay gente que nunca se pone mala?
La fortaleza del sistema inmune depende tanto de factores biológicos como de elementos ambientales como, por ejemplo, los hábitos
Para responder a esta incógnita, un equipo internacional de investigadores ha analizado una gran variedad de estudios sobre cómo funciona el sistema inmunitario tanto en humanos como en animales. En total, recopilaron datos sobre más de 48.500 personas y múltiples modelos animales. El análisis de esta información desveló que uno de los factores más importantes para mantenerse sanos no es tanto la fortaleza del sistema inmune sino su capacidad de adaptarse rápidamente para hacer frente a infecciones y procesos inflamatorios. Este fenómeno se conoce como resiliencia inmunitaria y, según explican los expertos, viene determinado mayoritariamente por factores hereditarios y se puede 'monitorizar' a través de los niveles de los linfocitos T y diferentes firmas genéticas.
Perfiles más resilientes
El estudio también encuentra una correlación entre la resiliencia inmunológica y la esperanza de vida. Según argumentan los expertos que han liderado esta investigación, las personas con una alta capacidad de reaccionar tanto a las infecciones como a enfermedades inflamatorias también son las que, de media, viven más. Incluso en los casos donde se acaban desarrollando enfermedades como el VIH, influenza, covid-19, sepsis o cáncer de piel, estos individuos con alta resiliencia inmunológica son los que más probabilidades tienen de superar la afección con buen resultado.
Según apuntan los expertos, esta característica se puede encontrar en personas de todas las edades y, tal y como sugieren algunos trabajos, podría ser más común entre las mujeres. Esta hipótesis coincide con otros estudios en los que también se señala que las mujeres tienen mejor inmunidad innata que los hombres (es decir, que su 'primera barrera' inmunológica frente a las amenazas externas suele ser más resistente y que, además, también tienen más herramientas para controlar una eventual infección y evitar que se expanda por el organismo). Esto explicaría por qué las mujeres suelen enfermar menos que los hombres.
La resiliencia inmunológica suele ser más común entre las mujeres, según señala este estudio
La fortaleza de nuestro sistema inmune, por paradójico que parezca, también depende de nuestro historial de enfermedades. Este fenómeno se conoce como inmunidad adaptativa y tiene que ver con la capacidad de nuestro organismo para recordar infecciones pasadas y evitar futuros contagios. En el caso del covid-19, por ejemplo, varios estudios apuntan a que las personas con alergias tienen un sistema inmune más preparado para desarrollar una respuesta celular rápida y potente hacer hacer frente a una infección por coronavirus. Lo mismo ocurre en el caso de los catarros, que fortalecen la inmunidad cruzada frente a virus parecidos y, por extraño que parezca, nos protegen frente a otras infecciones respiratorias.
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