Sanidad

Los especialistas detectan más casos de insomnio a raíz del confinamiento

Muchas personas debutaron en este trastorno del sueño en la primera ola de la pandemia | Los fármacos no están indicados cuando el problema se cronifica

Una mujer con problemas de insomnio.

Una mujer con problemas de insomnio. / EUROPA PRESS

El insomnio es el trastorno del sueño más común entre la población en general. En base a los datos que maneja la Sociedad Española de Neurología, entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre dificultades para conciliar el sueño en algún momento de su vida, si bien un 10% de los casos está vinculado a un trastorno del sueño crónico y grave. No obstante, según aseguran los especialistas de las Islas, el número de afectados ha incrementado a raíz de la llegada de la pandemia de coronavirus. «Nos hemos dado cuenta de que ha aumentado la cifra de personas que sufren este trastorno. De hecho, estamos tratando a muchos pacientes que habían dormido bien siempre y que empezaron a tener alteraciones en el sueño en el período de confinamiento», informa la doctora Inmaculada Rodríguez, médica adjunta al servicio de Neurofisiología Clínica en la Unidad del Sueño del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín.

Unas palabras que secunda el doctor Raúl Amela, especialista en Neurología en la misma unidad del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria. «El confinamiento agudizó este problema. El hecho de pasar tantas horas en casa y la falta de exposición solar, que es un factor fundamental para tener un sueño de calidad, llevó a multiplicar los casos», anota. Ahora bien, ¿qué es el insomnio y por qué se caracteriza? Con el propósito de resolver estas dudas, los facultativos de los dos grandes hospitales de Gran Canaria explican una serie de claves.

Características. Tal y como indica la doctora Rodríguez, el insomnio es un trastorno del sueño que, según la última clasificación internacional que emplean los expertos para seguir unos criterios diagnósticos, consiste en dormir mal más de tres veces a la semana y durante un período superior a 21 días –tardar más de media hora en quedarse dormido y despertarse en el transcurso de la noche–. «Estas personas tienen problemas tanto para conciliar el sueño como para mantenerlo y, además, experimentan un despertar precoz. Esto se va a traducir en la aparición de cansancio o fatiga durante el día», detalla. Se estima que el problema afecta más a las mujeres que a los hombres.

Tipos. El insomnio puede ser agudo o crónico. El primero es el más común y suele estar vinculado a un acontecimiento puntual que provoca estrés o preocupación. El segundo, en cambio, se prolonga en el tiempo y suele ser el efecto de otros trastornos o del abuso de sustancias como la cafeína.

Horas de sueño aconsejadas. Las horas de sueño aconsejadas varían mucho en función de la edad de los sujetos, si bien para la población adulta, lo recomendable es dormir un mínimo de siete horas. Pero no solo hay que tener en cuenta el tiempo, también la calidad. En este sentido, el doctor Amela hace referencia a lo que los especialistas denominan dormidores cortos y dormidores largos. «Los dormidores cortos pueden funcionar perfectamente en vigilia con tan solo cinco horas de sueño. Los segundos, por el contrario, pueden dormir mucho más y aún así les resulta insuficiente. Por tanto, si la calidad del sueño es buena y el tiempo no es excesivamente corto, no se puede hablar de insomnio por el simple hecho de estar por debajo del tiempo recomendado», aclara.

Repercusiones en la salud. Ambos especialistas son contundentes al decir que el insomnio tiene graves repercusiones en la salud cuando se cronifica. Tan es así que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. Además, afecta a la capacidad de concentración y a la memoria. «El sueño es una necesidad fisiológica muy importante. Si se ve fragmentado durante mucho tiempo, también corremos el riesgo de desarrollar ansiedad, depresión o migraña», apunta el profesional del complejo de referencia del área sur de la Isla.

Cuándo se debe consultar. En base al criterio de Raúl Amela, es necesario consultar con los especialistas cuando los problemas para conciliar el sueño tienen repercusiones en el bienestar durante la vigilia o está asociado a otras alteraciones del sueño como la apnea, el sonambulismo o la somnolencia diurna.

Tratamiento. En la actualidad, no existe un tratamiento farmacológico efectivo para abordar el insomnio crónico. Y es que los medicamentos que se encuentran disponibles están indicados para tratar el insomnio agudo. «A partir de las dos o tres semanas de tratamiento el beneficio se reduce mucho, por lo que tomar medicación de modo recurrente para dormir no solo no resuelve el problema, sino que tiende a cronificarlo», asegura el neurólogo del Hospital Insular. Las benzodiacepinas y los hipnóticos son los fármacos que suelen emplearse para evitar que el trastorno se agrave. «Estos medicamentos siempre deben utilizarse bajo prescripción médica y nunca por más de un mes. Incluso los fármacos naturales de melatonina deben estar indicados por un especialista y llevar un seguimiento, pues hay que saber cuándo tomarlos», asevera la doctora Inmaculada Rodríguez. Si pasado este tiempo el trastorno no mejora, será necesario informar al médico de cabecera para que los pacientes puedan ser derivados a las unidades del sueño, donde se les realizará un estudio en profundidad. También, se puede valorar la posibilidad de aplicar una terapia cognitivo-conductual.

Los peligros de automedicarse

«Los últimos censos realizados desvelan que alrededor de siete millones de españoles sufren insomnio y que seis millones utilizan fármacos para intentar regular el trastorno. Solo un 5% del total acaba en un una unidad del sueño», informa la doctora Inmaculada Rodríguez. En este sentido, la especialista hace hincapié en la importancia de acudir a estas áreas para poder realizar un abordaje específico. «Esto permitirá también descartar otros trastornos que muchas veces se enmascaran bajo la etiqueta de insomnio», agrega la facultativa, quien no duda en poner de relieve los peligros de automedicarse. «Desde 2019, ha aumentado el uso de hipnóticos y benzodiacepinas en España. Hay que tener en cuenta que es muy peligroso automedicarse y que estos fármacos no deben emplearse más de un mes para corregir el trastorno. Tienen capacidad para generar dependencia y su retirada debe ser progresiva», remarca la sanitaria. | Y. M. 

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