Rosa Huertas lleva cinco años sin dientes. Mellada, arriba y abajo. Tomando caldos, cremas, batidos y alimentos blandos que mastica con las encías, como los bebés. Pero unas encías con infecciones, con quistes y con bultos provocados por los tornillos que hace un lustro le pusieron en una de las clínicas de iDental en Valencia, cuando pagó en 2017 unos implantes por 10.000 euros en una cadena dental low cost que ha protagonizado una de las mayores estafas sanitarias de España. La compañía convenció a las clases más humildes de que ese era “su momento” para acceder al dentista a la mitad de precio porque ellos ofrecían una “asistencia dental social”.

Así la reina del dentista a bajo coste se expandió de forma vertiginosa desde su fundación en Elx, en 2015. Tres años después, iDental quebró con una deuda millonaria y 120.000 afectados en la Comunitat Valenciana. Rosa fue una de las afectadas a las que el cierre de la clínica le pilló con el tratamiento a medias. La mujer asegura que fue a ponerse cuatro implantes “y me quedé sin boca. Me quitaron todos los dientes pero yo no lo sabía y fue algo terrible. Me dejaron una muela”. Cuando estalló el escándalo de la quiebra, Rosa se encontró con la clínica cerrada y sin dientes. Así ha estado cinco años.

Tras la estafa de iDental, otra cadena odontológica de similares características (Dentix) se ofreció a continuar con los tratamientos de los afectados por el cierre de iDental. Eso sí, solo los que se habían financiado. Rosa se presentó a la cita pero cuando vio que los profesionales que la atendían en Dentix eran los mismos que le habían arrancado dientes sanos, se dio la vuelta y se fue. Dos años después, Dentix siguió el mismo camino y anunció un concurso de acreedores que dejó sin tratamiento a 7.500 valencianos. Es en ese momento, cuando Levante-EMV conoce a Rosa Huertas y cuenta su historia, un drama centrado en la obligación de confiar en otra clínica y desembolsar lo que allí consideren. En el caso de Rosa, la suma no bajaba de 22.000 euros.

En la Audiencia Nacional

Rosa, como el resto de afectados, se manifestó, protestó, puso su pertinente denuncia e inicio un proceso judicial que, de momento y tras cuatro años, no la ha llevado a ninguna parte. Su caso, junto con la de miles de afectados más, forma parte de una macrocausa penal que se encuentra en la Audiencia Nacional por estafa y en la que están acusados la cúpula de iDental. Cuatro años después los afectados siguen esperando. Ahora bien, quienes sí financiaron su deuda sí han encontrado una vía judicial diferente ya que la Ley 16/2011 de Contratos de créditos la consumo les ampara. El despacho valenciano AGR Legal lleva el caso de más de 60 afectados y explica que al “financiar el tratamiento la ley les ampara porque se puede demostrar que no se ha realizado o no se ha finalizado y estamos ganando todos los procedimientos o total o parcialmente de forma que los afectados están recuperando su dinero.

Sin embargo, quienes pagaron ese dinero en su día lo tienen verdaderamente difícil ya que la empresa a la que le pagaron el dinero esté en concurso de acreedores y aún sigue así, de manera que, cuando todo concluya deberán pagar primero a los trabajadores, liquidar los créditos hipotecarios… es muy complicado que quede dinero para las indemnizaciones. y que los acusados por primero tiene que repartir el dinero, los trabajadores , créditos hipotecarios…. Además, si en el procedimiento penal se condena a los acusados por estafa se podría ir a por sus bienes pero, cuando ese momento llegue, es más que probable que eso sea muy difícil de conseguir”.

"He perdido más de 30 kilos y he visitado más de 100 clínicas"

Ahora bien, Rosa no puede esperar a ver si se obra el milagro y la mujer consigue recuperar un dinero que los expertos aseguran que ya está perdido. Sin dientes con los que masticar, sus problemas de salud se han incrementado. La mujer ha perdido más de 30 kilos. Sufre problemas de estómago, de depresión y de infecciones constantes. Al principio le avergonzaba no tener dientes. Perdió su trabajo de cara al público. Ahora, tras cuatro años y sumar desgracias, la estética es lo que menos le preocupa.

Y es que Rosa se va a arreglar, por fin, la boca. Encontró una clínica en València (Implant Clinics) que le dio la confianza que ella necesitaba ya que tiene “verdadero pánico” a que le vuelvan a tocar la boca. Afirma con rotundidad que ha visitado y pedido presupuesto en más de 100 clínicas. “Y me quedo con esta porque son una maravilla. Profesionales, sensibles”, asegura Rosa. Ya ha pasado por la primera intervención, que ha consistido en que le extrajeran los tornillos de los implantes. Se ha encargado el odontólogo Javier Barberá, especialista en casos complicados. Para la parte de arriba, sin embargo, está pendiente de que la visita un cirujano maxilofacial por mediación de la clínica. El caos de Rosa clama al cielo. Desde Implant Clínics explican que el caso de esta mujer “es muy complicado”. Así que dejamos aparte los tecnicismos llevados a cabo en una boca con quistes, bultos e infecciones provocadas por una boca sin dentadura y un tratamiento a medias que ha sido totalmente perjudicial para su salud.

Rosa muestar los tornillos que le han extraído en Implant Clinics. GERMÁN CABALLERO

Para poder recuperar su boca, Rosa tiene que pagar unos 23.000 euros, donde se incluye el presupuesto del experto maxilofacial. Sus hijos le han dado, sin pensarlo, el dinero. Lo han recibido recientemente tras el fallecimiento de su padre de forma accidental. Una desgracia más en la vida de Rosa. “Mis hijos me dijeron, ‘toma mamá, para arreglarte la boca’. Y es que lo necesito porque mi salud empeora. Tengo pánico, pero en esta cínica me siento segura. Tengo muchas ganas de terminar”, explica la mujer.