«La madre todavía está tiempo de recapacitar y volver a la Tenerife», son las palabras de esperanza y de súplica con las que Joel Prieto se refiere a su expareja. Es el padre de la pequeña "desaparecida" desde el pasado 16 de julio en Güímar y a la que la investigación policial abierta desde entonces sitúa en Suiza, un joven de Tenerife que confía en que se dicte «cuanto antes» la euroorden de detención a su expareja. Además, informa de que hace apenas unos días la Audiencia Provincial decidió archivar los dos recursos de la expareja referidos a las sentencias previas judiciales que rechazaban la acusación de violencia de género. 

Joel Prieto vio por última vez a A.P. A. a finales del pasado mes de junio y confiaba en volver a tenerla con él unas semanas después, tal y como establece el convenio regulador de la custodia de la pequeña, que fija la custodia compartida para ambos progenitores. La madre y la pequeña no acudieron al punto de encuentro y ahí saltaron todas las alarmas.

Fue 15 después cuando se publicó una alerta por parte de la Fundación ANAR en la que se alertaba de la desaparición de la pequeña y se pedía colaboración para su localización. En un primer momento, ya la Guardia Civil apuntó a un posible delito de sustracción de menores, tipificación que comparte el juzgado de Instrucción de Güímar y que ha iniciado diligencias de investigación por este supuesto. 

Además, tal y como confirma Joel Prieto, su abogado ha solicitado la suspensión cautelar de la custodia compartida. Por el momento, según informa Radio Club Tenerife, ha decidido poner de plazo hasta el 16 de agosto para que entregue a la niña, una fecha en la que según el convenio regulador debía entregar a la pequeña a su progenitor. 

Mientras tanto, la investigación sigue su curso y la autoridad policial mantiene como principal hipótesis la presencia de la madre de A. P. A. en Suiza con la intención de solicitar asilo humanitario, una petición en la que se espera que aluda a la violencia de género de la que acusado a su expareja. 

Sobre este asunto, Joel Prieto confirma que la madre de la niña presentó a finales del año pasado dos denuncias: una por maltrato y otra por abuso sexual a la pequeña. «Los dos juicios los gané y ella recurrió a la Audiencia Provincial, que hace unos días ha decidido archivar el caso», asegura el padre, quien confía en que esta situación sirva para devolverle a su hija.

«Estamos destrozados», insistió antes de reconocer que confía en tener de nuevo a A.P. A. : «¿Cómo no voy a tener esperanzas de volver a estar con mi niña?», insistió. Por eso espera que la madre de la pequeña «piense bien lo que está haciendo y vuelva». «Seguimos sin saber nada de ella, ni la policía ni desde el juzgado han tenido contacto», lamentó. 

Sí aseguró que la investigación ha podido confirmar que estuvieron en Barcelona, a donde viajaron desde Tenerife y en donde contactaron con «asociaciones de mujeres víctimas de violencia de género», colectivo que según su testimonio ha estado colaborando con el caso. 

Al margen de estos proceso judiciales, el padre de la niña ha explicado que la separación se produjo a finales de 2019 pero hasta casi un año después no se fijó el convenio regulador. Durante el primer período se fijó la permanencia de la pequeña con su progenitora y un régimen de visitas de dos días semanas y fines de semana alternos para el padre. En ese mismo documento se establecía que en 2022 daría comienzo un régimen de custodia compartida, lo que implica que A. P. A. debía pasar una semana con cada progenitor y dos quincenas de los meses de julio de agosto.