Cientos de personas aguardaban a primera hora de este sábado en el exterior de los institutos La Laboral y Viera y Clavijo, en La Laguna. Eran dos de los 26 centros de enseñanza que ayer acogieron en el Archipiélago la primera de las pruebas de las oposiciones para conseguir una plaza de docente. Los habituales nervios y el deseo de un puesto de trabajo público marcaban la previa del examen.
Veintiséis centros de enseñanza del Archipiélago congregaron ayer a alrededor de 10.000 opositores en busca de una de las 990 plazas de ocho especialidades del cuerpo de maestros convocadas por el Gobierno de Canarias. Era el día que la mayoría de ellos llevaba esperando durante los últimos meses. Una jornada señalada en rojo en sus calendarios y que bien podría marcar sus próximos años o, quizá –y sobre todo de hacerse con un empleo público–, el resto de sus vidas. Se trataba de la primera de las dos pruebas eliminatorias de la fase de oposición.
Los institutos La Laboral y Viera y Clavijo (ambos en La Laguna y anexos) fueron dos de los puntos tinerfeños que recibieron a docentes. La imagen antes de las ocho de la mañana impresionaba. Centenares de personas en el exterior, coches aparcados casi en cualquier sitio en la zona de Lora y Tamayo (¿Que me den por no presentado o que se lo lleve la grúa? Pues aquí mismo lo dejo, debió pensar alguno), opositores nerviosos, algún familiar casi tan nervioso o más que quien se examinaba... «Lleva mucho tiempo estudiando y da mucha tranquilidad que tenga su plaza», expresaba la madre de una opositora.
Ya a esa hora estaba en marcha el llamamiento por orden alfabético –empezando por la V– de los candidatos a este proceso selectivo. Profesores interinos en busca de plaza, desempleados que trataban de reengancharse a la enseñanza después de años en otros ámbitos, estudiantes full time... Los perfiles que se daban cita allí se movían más o menos en esa horquilla. Entre ellos –lógico– pocas ganas de hablar. Hasta la televisión, que lo suele tener algo más fácil en estos casos, recibía algún «no» por respuesta.
Lucía Arteaga, de las pocas que no tenía problema en expresar sus sensaciones previas, afrontaba con confianza las pruebas que tenía por delante. «Es la primera vez que me presentó», afirmó la joven. «¡Pufff! Llevo meses, pero no sé; ahora mismo tengo la sensación de no saberme nada», expresaba, con una sonrisa de circunstancias, otra opositora.
También estaba por allí Gerardo Rodríguez, que salvó más una confusión, especialmente sobre dónde estaba cada tribunal. Él no era opositor, sino portavoz del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias-Intersindical Canaria (STEC-IC). Rodríguez apuntó que su función era la de brindar ayuda en caso de que a alguna de las personas que acudían al examen se le presentase un imprevisto y la de «velar por la limpieza y la transparencia de la prueba». No en vano, manifestó que la presencia sindical está recogida oficialmente.
«Esta es la última convocatoria donde las pruebas son eliminatorias», detalló sobre las características de este proceso. Además, aclaró que en esta ocasión no es necesario que los profesores de la enseñanza pública sin plaza en propiedad se presenten a estos exámenes para permanecer en las listas. Pasadas las 8:00 horas, Gerardo Rodríguez, en contacto por WhatsApp con otros miembros de su sindicato que acudieron a diferentes centros, apuntaba que todo se desarrollaba dentro de los cauces de la normalidad.
Ocho especialidades
Canarias es una de las quince comunidades que celebraba ayer oposiciones de este tipo. Están convocadas en las Islas 295 plazas de Educación Primaria (con 4.520 inscritos), 244 de Educación Infantil (3.580), 154 de Inglés (1.228), 50 de Francés (275), 48 de Educación Física (1.452), 36 de Música (453), 127 de Educación Especial, Pedagogía Terapéutica (1.619), y 36 de Audición y Lenguaje (288). En total, fueron aceptadas 13.178 solicitudes de 10.389 aspirantes porque quienes se examinan pueden optar a un máximo de dos especialidades.
La primera fase de la oposición seguía, en general, la misma estructura en todos los casos, salvo en Música. Vendrá después la publicación de las calificaciones. Tras ello, y en un plazo de dos días, los aprobados deberán presentar la denominada programación didáctica. De superar también esa parte eliminatoria, entrarían en la fase de concurso, que supone un tercio de la nota. Quienes consigan plaza tendrán que realizar las correspondientes prácticas.
Terminado el llamamiento en el IES La Laboral, la zona pareció recobrar la normalidad. El comienzo del examen estaba previsto a las 9:00 horas. Era el momento de demostrar los conocimientos adquiridos durante meses de estudio y esfuerzo, y de dar el primer paso hacia el ansiado objetivo. Mientras, en los alrededores llamaban la atención varios coches aparcados con el asiento del conductor hacia atrás y alguien echando una cabezada. Eran acompañantes que tenían por delante una espera de cuatro horas y media, que era lo que duraba la primera prueba.
