Cerca de un centenar organizaciones, empresas, instituciones, administraciones y personas a título privado han recibido el reconocimiento del Colegio Oficial de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife en un acto denominado Veterinarios bajo el volcán. Homenaje a los colaboradores de los Veterinarios Voluntarios de La Palma, una reunión que contó con la asistencia de la consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno Canarias, Alicia Vanoostende; la vicepresidenta cuarta del Cabildo de La Palma, Nieves María Hernández Pérez; el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Luis Serra Majem; el decano de la Facultad de Veterinaria de dicha Universidad, Miguel Batista, y el presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Las Palmas de Gran Canaria, Alejandro Suárez.

Tal y como recordó María Luisa Fernández Miguel, presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife, fue una hora y media antes de la erupción cuando Cruz Roja solicita la actuación del Colegio en la emergencia. «Desde ese momento y hasta el 31 de enero de 2022, 49 días después de finalizar la erupción, el 13 de diciembre, pasaron un total de 134 días».

La presidenta de los veterinarios de las Islas Occidentales explicó que esos 134 días fueron el estreno de los veterinarios tinerfeños en el mundo de las emergencias puesto que los veterinarios de Las Palmas ya habían tenido esa experiencia en incendios, pero para los tinerfeños y palmeros, «a los que ahora llamamos veterinarios voluntarios, era nuestra primera vez trabajando codo con codo con las administraciones e instituciones que trabajan en las actuaciones de emergencia en los casos de catástrofe. Esos días han sido, sin pretenderlo, nuestro primer simulacro», si bien es verdad que tenían base para actuar porque los dos colegios profesionales, tanto Las Palmas como Tenerife, «llevábamos un par de años trabajando de la mano del Gobierno de Canarias y de la Cruz Roja, en los protocolos de actuación» pero no había habido ocasión de ponerlos en práctica.

El encuentro tuvo un carácter especialmente entrañable, porque en el Museo Benahoarita de Los Llanos volvieron a encontrarse los equipos, las personas que dedicaron días enteros a salvar a los animales afectados por la emergencia: Seprona, UME, Protección Civil, Cruz Roja, bomberos, aquellos que se unían a los veterinarios y pateaban las zonas de exclusión para avituallar a los animales asilvestrados o que no se dejaban coger y para rescatar animales de todo tipo: ganadería, perros, gatos, aves, exóticos. Por primera vez, incluso a nivel internacional, los animales no quedaban a su suerte y eran tratados como lo que son: seres sintientes a los que había que rescatar, sanar y proteger.

En la reunión se rindió homenaje a los veterinarios voluntarios llegados de todas las Islas, incluso de la península, así como a aquellos que coordinaron todas las operaciones desde Tenerife, Sonsoles García Aparicio y Sara Capelli, pero fue especialmente emotivo el reconocimiento a los seis veterinarios voluntarios de La Palma, a los que estuvieron 24 horas siete días a la semana: Ruth Torres, Elena Tarife, Alejandra Ortega, Evaristo de la Rosa, Anabela García y, muy especialmente, César Bravo, el vocal del Colegio en La Palma, a quien María Luisa Fernández Miguel dirigió unas palabras que emocionaron a todos porque él es posiblemente quien mejor refleja el coraje de La Palma ante la erupción.

Tras ese primer nivel de cuidados en manos de los más de 130 veterinarios voluntarios que pasaron por La Palma estaban las protectoras, las manos del cuidado diario a los animales rescatados y con ellas todas las empresas que han colaborado a todos los niveles: mensajería, cesión de vehículos, drones, laboratorios, distribuidoras de productos veterinarios, núcleos zoológicos a los que se llevó especies exóticas o de difícil ubicación y que suministraron material esencial al principio de la erupción y un largo etcétera al que se unen esas personas que, a título individual, decidieron «echar una mano» restando tiempo a sus familias, facilitando medios…

El homenaje, que recordó el apoyo recibido de los Colegios de Veterinarios de todo el Estado, especialmente el de Las Palmas, de la facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la propia Universidad grancanaria, tampoco olvidó a las instituciones locales, tanto del Cabildo de La Palma como de los ayuntamientos de Tazacorte, Los Llanos de Aridane y El Paso haciendo especial hincapié en las consejerías y concejalías que tuvieron una especial relevancia en el trabajo del voluntariado veterinario.