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Falta de fondos

El desabastecimiento amenaza a los bancos de alimentos y la Cruz Roja

Las oenegés que reparten comida temen quedarse sin productos durante los meses de enero, febrero y abril de 2022

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"Nos dejan cinco meses vacíos... esto se va a notar, seguro", insiste el director del Banc dels Aliments de Barcelona, Lluís Fatjó. Hace semanas que avisa lo que está a punto de ocurrir: el desabastecimiento durante el primer semestre del año de la Cruz Roja y los cuatro Bancos de Alimentos para dar de comer a las familias más vulnerables. El motivo, los fondos europeos dedicados a estas entidades no llegarán hasta mediados de 2022, cuando habitualmente había una entrega a principios de año. La Generalitat catalana, a la desesperada, busca seis millones de euros en el presupuesto para que todas las familias puedan ser atendidas.

Cada mes, medio millón de catalanes dependen del Banco de Alimentos y de la Cruz Roja para llenar la despensa y poder comer. En el primer caso, la entidad se encarga de suministrar la comida a otras oenegés, como por ejemplo Cáritas, que lo dan a sus usuarios. En el segundo caso son las personas atendidas por la Cruz Roja, o derivadas por los servicios sociales, los que reciben los alimentos. Y no es casual que así ocurra. Los Bancos de Alimentos y la Cruz Roja son las dos únicas organizaciones en España acreditadas para recibir los fondos de ayuda europea para los más necesitados. Un programa que, sólo en Cataluña, aporta 12 millones de quilos de alimentos al año.

Cambio de fechas

La Comisión Europea es quien invierte el dinero. El Ministerio de Trabajo y Economía Social lo recibe y se lo da al Fondo Español de Garantía Agrícola (FEGA), que compra la comida y se la entrega a los Bancos de Alimentos y La Cruz Roja tres veces al año. "El problema es que han cambiado el sistema para 2022 y sólo nos entregaran la comida dos veces al año", cuenta Fatjó. El primer reparto no será hasta abril o mayo. "Nosotros contábamos con la comida de las ayudas europeas para enero, febrero y marzo y no la tendremos", insiste Fatjó. Una preocupación que también ha llegado hasta la Cruz Roja, que teme no tener comida para entregar a las familias que lo necesiten.

La Comisión Europea insiste que sigue el plan como cada año con todos los países de la UE. "Hemos incrementado el dinero que teníamos previsto con 40 millones más", dicen fuentes comunitarias. El Ministerio de Trabajo y Economía Social admite que ha cambiado el sistema de entregas: este año repartirán la comida previsiblemente en abril y septiembre, en vez de en tres tandas como era habitual. Sin embargo, no aclaran el porqué de esta decisión.

Cataluña busca 6 millones

Es cierto que estas dos entidades tienen otros fondos con los que suplir estos déficits. Pero también es cierto que las aportaciones de Europa son las más importantes que reciben. Ante esta falta de abastecimiento, las entidades en Catalunya ya han acudido a la Generalitat. "Todos los que tengan responsabilidad en esto deben implicarse", pide el director general de Servicios Sociales de Drets Social, Josep Maria Forné, que también fue director del Banc dels Aliments de Lleida. "La aportación que les falta a las entidades a principios de año está alrededor de los seis millones de euros. Esto es mucho dinero, pero estamos intentando buscar fondos en el presupuesto para garantizar, al menos, la mitad", explica Forné. El Govern propone que el resto de las ayudas las asuman las entidades municipalistas, ayuntamientos o diputaciones. De momento, no hay nada cerrado. De activarse estos fondos públicos, el Govern asume que nadie se los va a devolver. "Es dinero a fondo perdido por una situación extraordinaria", asume Forné.

En el peor momento

Esta noticia cae, precisamente, en un momento de "extrema necesidad", según los datos del Govern y de todas las entidades sociales. Solo en la ciudad de Barcelona se han duplicado las personas que necesitan llenar la despensa con estas ayudas. "Creemos que el Banco de Alimentos y la Cruz Roja pueden activar otros fondos de provisión, como son los donativos de las empresas, los excedentes de fruta y verdura que les ceden los supermercados o los fondos conseguidos durante la campaña del Gran Recapte", dice el director general. Pero precisamente esta campaña fue bastante mal. Los fondos recaudados cayeron un 40% y el director del banco de Barcelona ya auguraba que en 2022 habría que volver a racionar la poca comida que podían adquirir.

"Lo notaremos mucho, muchísimo", repite Fatjó a la desesperada. Tanto la Cruz Roja como los cuatro Bancos de Alimentos en Cataluña confían en que la Generalitat dé una solución. "Las miles de familias que nos necesitan no van a desaparecer, seguirán picando a la puerta", asume Fatjó. Que tengan que irse con las manos vacías y el estómago runruneando, ya es otra cosa.

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