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Gastronomía

Cena de Nochebuena sin disparar chícharo

Hay propuestas que aseguran rapidez, alta calidad, mínima manipulación y una alta variedad

Cochinillo deshuesado, un producto de quinta gama. E.D.

A quienes se les fue el baifo un año más, se sienten jareados por tanto tenderete y en el fondo son simplemente unos gandules, más allá de la excusa de que el ómicron los ha obligado a cancelar la cita reservada en el restaurante, no les queda otra que echar mano, sin perder tiempo, de los alimentos de cuarta y quinta gamas que ofrecen los supermercados, esos ya preparados, a los que basta un golpe de horno o un paso por el microondas.

¿Se te fue el baifo un año más? ¿Ya está aquí el día de Nochebuena y resulta que no das avío?¿Te sientes jareado por tanto tenderete? Reconoce que, en el fondo, siempre has sido un gandul. Y no te justifiques ahora con la excusa de que esta nueva cepa, la de ómicron, te riscó la perra, que pensabas cenar en un restaurante con los colegas y ahora, a la vista de tantos contagios como hay, los planes se te han virado y te ves en la obligación de pasar la noche metido en casa, pero, sobre todo, comprometido a montar un menú para no sé cuántas personas, y eso aunque el número de comensales esté limitado por las normas.

Pues ya no te queda otra que echar mano, y además sin perder tiempo, de lo que se conoce como la cuarta y quinta gamas, esos alimentos que ofrecen los supermercados, ya preparados, y que solo necesitan pasarse por una fuente de calor y llevarse hasta la mesa, en el caso de los primeros, o bien presentarlos sin más, directamente listos para consumirse, los segundos, y que en la mayoría de los casos ofrecen opciones variadas, hasta de una cierta calidad, para salvar los muebles a quienes son unos auténticos rebenques en esto de la cocina. La fórmula es sencilla: basta con unos minutos de horno (si es que sabes cómo encenderlo), una inmersión en la freidora (siempre en abundante aceite de oliva) o, simplemente, con ese jeito de acomodar cosas en platos o bandejas para impresionar a los amigos y también a familiares sin hacer prácticamente nada, sin apenas disparar un chícharo.

Como se supone que la cena de Nochebuena o también la comida del Día de Navidad deben ser realmente especiales, lo fundamental es cumplir con las expectativas que marcan tan señaladas fechas. Y la mejor alternativa, más allá de enfrascarse en la elaboración de una receta que supone una odisea culinaria, es no hacer nada.

Los productos de quinta gama aseguran rapidez. Algunos vienen totalmente preparados y listos solo para calentar, mientras otros requieren algún paso de elaboración para dar el toque final a un platillo definitivo. Además, son de alta calidad, sobre todo los que no incorporan conservantes ni aditivos, sujetos a un proceso que se centra en un tratamiento térmico para eliminar completamente todo microorganismo y sin perder las propiedades organolépticas.

A esto se añade una mínima manipulación, con lo cual se evita la contaminación cruzada gracias al proceso de envasado al vacío, y, por último, su variedad, una amplia carta de alimentos que ofrece un surtido abanico de opciones para utilizar tanto como base, como complemento o bien como plato principal.

Valga como ejemplo un cochinillo deshuesado (en la imagen). Hay que descongelarlo totalmente, precalentarlo con la bolsa al baño maría o bien al microondas; abrir la bolsa, escurrir el producto, secar la terrina por la parte de la piel y dorar en la sartén, también por la parte de la piel, con un poco de aceite hasta alcanzar como mínimo los 75ºC en el centro del producto. Y de ahí, a la mesa.

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