El futuro más incierto

Jóvenes estudiantes y profesionales valoran sus expectativas laborales, el acceso a una vivienda y el impacto de la crisis

El futuro más incierto

El futuro más incierto / E. D.

Los jóvenes tinerfeños miran hacia su futuro con mas incertidumbre que nunca. Con una crisis económica provocada por la pandemia que ha golpeado a las Islas con más dureza que a otros territorios, aspectos como el empleo o poder llegar a independizarse se tornan ahora objetivos titánicos.

Alejandro García

Ayudante de recepción

«La crisis ha frenado las expectativas»

El futuro más incierto

Alejandro García. / E. D.

Alejandro García, de 27 años, había logrado su primer contrato de larga duración como ayudante de recepción poco antes del estallido de la pandemia. La llegada de la crisis frustró sus planes y él es uno de los tantos otros jóvenes de Canarias que lleva en ERTE desde marzo del año pasado. Ante la falta de una rutina laboral, este lagunero se ha centrado en estudiar la carrera de Turismo en la UNED para evitar que la incertidumbre de no saber cuándo podrá volver a la normalidad termine por hacer mella en su ánimo. «Tengo la esperanza de retomar el trabajo y quedarme fijo, es lo que todos los jóvenes quieren», valora, pero asegura que la pandemia ha empeorado todavía más las expectativas laborales de su generación. 

Gracias a la experiencia laboral que tuvo durante un año en Escocia sabe que las cosas pueden ser muy diferentes para la juventud en otras partes del globo. «Tuve más entrevistas allí en una semana que aquí en año y medio», señala, pero no pierde la esperanza de lograr, más pronto que tarde, el ansiado contrato fijo.  

Eduardo Díaz

Físico

«Los sueldos aquí no son competitivos»

Eduardo Díaz (26), Alba Domínguez (23) y Raúl Delgado (21). | | E.D.

Eduardo Díaz. / E.D.

Eduardo Díaz, madrileño de nacimiento pero afincado en Tenerife desde hace 14 años, trabaja como personal laboral en el Instituto Geográfico Nacional. A pesar de que reconoce que a sus 26 años su posición es mejor que la de muchos jóvenes de su edad, manifiesta que desarrollar su profesión en Canarias es casi tarea imposible y los que lo consiguen lo hacen con unos salarios muy inferiores a los que podrían obtener en la Península o en el extranjero. «El coste de vida aquí comparado con lo que se cobra no compensa», lamenta. 

Explica que uno de sus mayores gastos es la vivienda, que comparte con su pareja. «Hasta hace muy poco me veía obligado a compartir piso con otros compañeros y ahora el 40% de mi sueldo se va al alquiler. Así se hace muy difícil ahorrar y las perspectivas de futuro son nulas», recalca. 

Si compara su situación con la de sus padres cuando tenían su edad no tiene duda de que «hemos empeorado muchísimo». Mientras que ellos pudieron acceder a una vivienda y formar una familia antes de los 30 años él está convencido de que «seguramente me tenga que ir fuera, al menos durante unos años, para conseguir lo mismo». 

Alba Domínguez

Estudiante 

«Ahora es más fácil tener formación»

Alejandro García (28) y Sara Méndez (27). | | E.D.

Alba Domínguez. / E.D.

La juventud actual tiene más oportunidades para formarse que las que tuvieron sus padres, aunque esto no se traduce en más facilidades a la hora de encontrar un empleo. Así lo asegura Alba Domínguez, realejera de 23 años, que en septiembre finalizará el Grado de Ciencias Ambientales. «Yo he tenido facilidades para estudiar que mi madre no tuvo, pero ella pudo cumplir otros objetivos más pronto», sostiene. 

Cuando finalice sus estudios universitarios, esta joven quiere «buscar trabajo, si es de lo mío mejor, pero la cosa está complicada», reconoce. Aunque sostiene que el ámbito medioambiental está en auge «hay poco trabajo para los jóvenes» por su falta de especialización y la exigencia de muchos requisitos. 

Admite que su generación ya tiene asumido que «no nos será fácil encontrar un empleo» y aun cuando lo encuentren «en un primer momento, quizá te servirá para ahorrar algo, pero no para independizarte». Por eso, «todo el mundo opta por formarse porque creemos que vamos a tener más posibilidades, pero es complicado porque hay mucha competencia y poca demanda». 

Raúl Delgado

Periodista

«Nos exigen estar más preparados»

Alisea Dreisörner (20) y Pablo Rodríguez (26). | | E.D.

Raúl Delgado / E.D.

Raúl Delgado de 21 años está a punto de arrancar su carrera profesional tras haber finalizado recientemente el Grado de Periodismo. Lo que más le gustaría es poder encontrar un hueco dentro del ámbito deportivo, pero admite que lo más probable es que tenga que seguir estudiando. «A lo largo de toda la carrera nos han advertido de los difícil que están las cosas, pero pesó más la vocación que el sentido común», valora este lagunero.  

 «A los jóvenes nos exigen ahora estar mucho más preparados, tienes que ser el mejor, y aun así muchas veces no puedes acceder a un empleo», lamenta. Su plan B si finalmente no pudiera ejercer como periodista es opositar, una salida por la asegura optan muchos jóvenes al no ver alternativas en el sector privado, y tampoco descarta tener que salir fuera a buscar una oportunidad.

Ante esta perspectiva no se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de independizarse. «Me gustaría, pero el momento llegará en función de cómo evolucione mi situación personal», indica, aunque ya sabe que no le será fácil porque «los precios de los alquileres están imposibles». 

Alisea Dreisörner

Estudiante 

«Antes con 20 años tenías todo resuelto»

Guillermo Toledo (18). | | E.D.

Alisea Dreisörner / E.D.

Recordar cómo imaginaba en su niñez cómo sería tener 20 años hace reír a Alisea Dreisörner, que nació en Alemania pero que con tan solo nueve días ya vivía en Tenerife con su familia. «Pensaba que eran ya súper mayores, que tenían media vida resuelta y quizá en el pasado sí que era así». Pero sin duda la situación ha cambiado y ahora con esa edad ella tiene que enfrentarse a la incertidumbre de no saber qué le de deparará el futuro. «Acabo de terminar el Bachillerato y voy a empezar la carrera de Bellas Artes», expone. Su intención es dedicarse después a la docencia, algo que espera sea más fácil dentro de unos años debido a la gran cantidad de profesores que se jubilarán.

Piensa que ahora los jóvenes «tenemos muchas más alternativas» que sus padres, por lo que considera que la situación «ha mejorado». Solo espera que la crisis generada por la pandemia del coronavirus no acabe frustrando demasiado sus planes. Faltan cuatro años para que se tenga que incorporar al mercado laboral pero considera que los efectos de la mala situación económica todavía estarán dando los que espera sean sus últimos coletazos. «Llevamos ya casi dos años y no creo que todo vaya a volver a la normalidad tan rápido», asume. 

El inicio de su formación universitaria será también para su primera experiencia fuera de casa, ya que ha alquilado un piso compartido en La Laguna. Ella espera que el camino hacia la independencia sea de no retorno y que una vez finalice su etapa universitaria pueda continuar viviendo por su cuenta. «Si no siempre está la posibilidad de volver a casa de mamá», se resigna. 

Pablo Rodríguez

Astrofísico

«Hacer investigación es muy complicado»

El futuro más incierto

Pablo Rodríguez / E. D.

Pablo Rodríguez está realizando un doctorado en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Acceder a esta plaza «no fue fácil, pero se puede conseguir». Ahora, a sus 26 años todavía le quedan dos años por delante para finalizar su doctorado y después su perspectiva laboral se complicará bastante si quiere seguir dedicándose a la investigación. «Lograr una plaza fija de postdoctorado es muy difícil», reconoce, ya que por cada tres puede haber un centenar de candidatos. «Se pierde mucha gente y capacidad investigadora por esta falta de oportunidades», valora. 

Por lo que sus perspectivas si no logra acceder al codiciado puesto fijo es tomar la dirección que muchos investigadores antes que él han tenido que tomar: hacer la maleta y poner rumbo al extranjero. «Mi plan sería pasar cuatro años en otro lugar de Europa y después volver a Tenerife y al IAC», expone.

Él también opina que su situación nada tiene que ver con la que tenían sus padres cuando tenían su edad. «Antes se improvisaba más porque se sabía que si no se trabajaba en un sitio surgiría en otro, ahora hay que pensárselo dos veces para emprender cualquier proyecto».

Con 26 años todavía tiene que compartir piso, aunque admite que ya le gustaría tener su propio espacio. «No creo que pudiera, tendría que destinar la mitad del sueldo, mientras que ahora es un tercio, no me compensaría, y de ahorrar ya nos olvidamos», admite Rodríguez.

Sara Méndez

Dependienta

«No veo formar una familia a corto plazo»

El futuro más incierto

Sara Méndez / E. D.

Tener hijos siempre ha estado en los planes de futuro de Sara Méndez, una joven santacrucera de 27 años, pero la pandemia ha cambiado su manera de ver las cosas y aunque no renuncia a ser madre no lo ve como un objetivo a corto plazo. «Con la situación en la que estamos que no se sabe lo que va a pasar, cualquiera se atreve», insiste. 

Formada en turismo, ahora trabaja como dependienta en una boutique de la capital tinerfeña, un empleo que le permitió independizarse junto a su pareja hace dos años. «Yo lo hubiera hecho antes pero las condiciones no eran las adecuadas», lamenta.

Aunque explica que su situación laboral es buena sabe que las perspectivas no son las mejores para los más jóvenes. «La gente se mata a estudiar y de repente nos toca una pandemia y todo se estanca», valora y lamenta que ahora «proliferan los contratos de muchas horas, con poco sueldo y con exigencias abrumadoras».  

Guillermo Toledo

Estudiante

«Habrá que estudiar toda la vida»

El futuro más incierto

Guillermo Toledo / E. D.

Guillermo Toledo Aponte, de 18 años, cree que los jóvenes deberán formarse a lo largo de toda la vida si quieren poder seguir accediendo al mercado laboral. «Se acabó el que la etapa de estudiante sea una más», sostiene, ya que las exigencias del mercado laboral obligarán a un continúo reciclaje. A punto de marcharse a Madrid para iniciar la carrera de Ingeniería Industrial, no ve que su generación esté demasiado preocupada por las perspectivas laborales en el futuro pero asegura que sí ha calado la idea de que «tener estudios universitarios ya no te asegura un buen trabajo». 

Sin embargo, es optimista, ya que opina que al igual que las generaciones anteriores tuvieron que enfrentarse a otros problemas, la actual deberá abordar dificultades propias del nuevo siglo.