Rafa Ríos (Las Palmas de Gran Canaria, 1975) inició junto a su socio, Nicolás Toth, una aventura empresarial hace seis años bajo la marca Ríos&Toth que le ha catapultado a la cúspide del sector de la comunicación y las relaciones públicas. Una trayectoria que también le ha llevado a estar considerado por una cabecera nacional como uno de los cien profesionales más influyentes del colectivo LGTBI en España -el único canario-.

¿Qué supone para usted haber salido por segundo año consecutivo en el listado de los 100 más influyentes de ‘El Mundo’?

Como empresario y al estar liderando una de las empresas líderes en el sector de la comunicación, valga la redundancia, y relaciones públicas, es importantísimo porque salgo yo como empresario y eso, al final, significa que algo estamos haciendo bien. Así que para mí supone un logro y ha sido bastante interesante el que El Mundo se haya fijado en mi empresa y en mí.

¿Cree que este tipo de reconocimientos contribuyen también a una mayor normalización de la presencia del colectivo LGTBI en el sector empresarial?

Yo pienso que se ha normalizado, creo que este tipo de reconocimientos lo que hacen es intentar dar visibilidad al colectivo, pero también sirven para dar visibilidad a mucha gente que está trabajando para salir adelante en diferentes sectores, más allá de con quién se acueste o se levante o con quién comparta su vida.

También en la revista Forbes le hacen un guiño a su empresa.

Nosotros hemos cumplido seis años y Forbes saca empresas importantes y relevantes que están haciendo bien las cosas. Nosotros tenemos clientes de gran peso, no solo en la gastronomía, también en la distribución, en el sector del arte, de la cultura... Tenemos muy buenos clientes y al final Forbes lo que hace es dar visibilidad a nuestro trabajo. Para mí que una revista como Forbes nos haya sacado es importantísimo también. La verdad es que en seis años de empresa lograr salir en esta publicación es un verdadero logro.

El hecho de haber nacido y haberse criado en una región tan tolerante como Canarias, ¿le ha beneficiado de cara a vivir con mayor libertad su sexualidad?

Totalmente, por eso El Mundo empieza diciendo: «este atractivo empresario canario», porque yo siempre alardeo de ser canario y aunque nadie es profeta en su propia tierra, me considero supercanario y sí que es cierto que la sociedad canaria, con el tema de los Carnavales y de la apertura del turismo internacional, ha contribuido a que yo siempre lo haya normalizado. Para mí no ha sido una espina ni ningún mal trago. Y efectivamente, creo que haber nacido en Canarias, que está abierto a un público y turismo más internacional, ha favorecido a ello. Recuerdo de pequeño que íbamos al Sur de la Isla y podías ver mil cosas y todo estaba como muy normalizado.

Hace poco en su tierra se dio un paso muy importante al aprobarse la Ley Trans antes que en Madrid. Aun así, ¿qué echa de menos en derechos y defensa del colectivo en su tierra y a nivel estatal?

Creo que para el tema de impuestos, Seguridad Vial, Educación, etcétera, no creo que la gente necesite unas leyes específicas. Es decir, cuando hablan en el Congreso yo me doy por aludido, no hace falta que pongan etiquetas. Yo, por lo menos, lo normalizo de tal manera que cuando sale una ley no pienso que esté hecha para mí o para el vecino, sino para todos. Voy más por esa línea que por algo más específico, también es verdad que yo, por ejemplo, no soy transgénero y, por lo tanto, no he tenido que vivir ese tipo de situaciones en las que hay que recurrir a la Seguridad Social para que te cubran determinadas cosas. Aun así creo que la mano tiene que estar mucho más abierta.

¿En qué sentido?

En el sentido de entender que cada uno tiene una realidad independiente a lo que entendemos por normal, al final, se trata de escuchar y de ser escuchado y de hacer leyes un poco más flexibles.

Usted se dedica al mundo de la comunicación y las relaciones públicas y desde su empresa organizan campañas y eventos, entre otras cosas. Desde el punto de vista profesional y personal, ¿cómo ve algunas celebraciones como las del Orgullo o festivales LGTBI? Mucha gente cree que se está desvirtuando el activismo y que se ha convertido en un negocio para muchas empresas.

Creo que sí que es verdad que estamos en un momento en que cuanto más se reivindique más se obtiene, cuanto más visibilidad se tenga y más visibles se hacen las cosas, posiblemente, podremos llegar a tener mejor entendimiento. Recuerdo una escena con Pedro Zerolo antes de morir, el día que le diagnosticaron cáncer y nos convocaron y en ese momento creo que estaba Rajoy de presidente y dijo: es que las políticas de izquierdas son las que hacen evolucionar a los países, en países donde jamás se hubiese aprobado la ley de matrimonio homoparental, por ejemplo. Creo que efectivamente tiene que haber una visibilidad, sin lugar a duda, pero también tiene que haber show y espectáculo. ¿Por qué en la Super Bowl hay show y espectáculo y no puede haberlos en otros ámbitos? ¿Por qué en una final en EEUU de cualquier tipo todo es un espectáculo y no puede serlo en otros ámbitos? Yo creo que lo del Orgullo Gay en Madrid es un show, es un espectáculo, pero más allá es una visibilidad y una normalización. A mí, personalmente, me fascina, pero también te digo que me fascina ir en una carroza en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y ver a las familias homoparentales disfrutando y viviendo una normalidad absoluta. Es lo que a mí me encanta del Orgullo y después, que si los hoteles y los restaurantes se llenan, pues chapó, lo han hecho bien.

Desde su punto de vista, ¿cree que la pandemia ha intensificado las desigualdades del colectivo LGTBI?

Lo cierto es que yo la pandemia la pasé la mitad en Madrid, que es donde vivo, y la mitad en casa de mis padres en Tafira porque a mi padre le diagnosticaron un cáncer y me fui para allá. Por eso no tengo ningún tipo de opinión porque mi pandemia fue como atípica.

¿Piensa que existe realmente un ‘lobby’ LGTBI? Y si es así, ¿qué ventajas o poder tiene?

Yo creo que sí que lo hay. Y su ventaja pues que al final es trabajar con gente con la que se es más afín. Pero también te digo que también hay otros lobbies en otros ámbitos.

Con respecto a usted, ¿cuáles son sus proyectos y sueños de futuro?

Seguir creciendo en mi empresa, seguir disfrutando de mi tiempo libre con mis amigos, de mis sobrinos, de mis ahijados y de mi pareja. Ese es para mí el futuro más inmediato, como el de cualquier otra persona.

¿Hay algo que le gustaría añadir o resaltar?

Me gustaría destacar, a modo de resumen, que para mí sí que es necesario que haya una visibilidad y seguir trabajando en conseguir logros, aunque hay muchos logros conseguidos porque España es uno de los países más abiertos y tolerantes de los que yo conozco. Mis sobrinas que tienen 15 años y viven con esa normalización que creo que les viene intrínseca, así que estoy totalmente a favor de que las cosas se hagan visibles pero, que no se radicalicen ni que se hagan víctimas y verdugos. Tenemos que ser conscientes de que esto va para adelante, pero no podemos estar con el monotema de esto o lo otro lo han dicho porque eres gay o porque es un homófobo... Es decir, que si no vales en el trabajo y te despiden no nos sintamos culpables por ser homosexuales. Que no seamos víctimas de nuestros propios verdugos y esto lo digo también con el tema de la mujer. Yo si te digo la verdad, tengo una postura superabierta y me levanto por las mañanas y me voy a trabajar y tengo un montón de empleados y nunca reparo en pensar si contrato a uno u otro si es gay o no, me da igual.