Las universidades iberoamericanas ponen en común sus experiencias sobre digitalización en el marco del XI Congreso Iberoamericano de Docencia Universitaria (CIDU), que tiene como anfitriona en esta ocasión a la Universidad de La Laguna (ULL). Durante tres días 400 congresistas de 14 países diferentes, tanto del ámbito de España y Portugal como del área iberoamericana, mostrarán sus propias experiencias de digitalización, una labor que se ha precipitado, además, con la llegada de la crisis sanitaria a los campus.

El presidente de la Asociación Iberoamericana de Didáctica Universitaria (AIDU), Miguel Ángel Zabalza, destacó durante el acto inaugural, realizado de manera telemática, las “condiciones inéditas” de esta nueva edición pero celebró que “nuestros amigos han sabido aplicar su marca isleña en los planes que han puesto en marcha para adaptar la docencia en los últimos tiempos” y añadió que la ULL “ha hecho un esfuerzo ingente y lo ha logrado”. Aunque este congreso se presenta como un encuentro único, “en el que nos faltará la relación próxima”, Zabalza expresó la importancia de encuentros como los que se producirán estos días, que invitan a “reflexionar sobre la docencia, y en concreto sobre la docencia universitaria” puesto que este viene siendo el objetivo de la cita desde su fundación en el año 1999.

“Sin una gran estructura detrás, AIDU ha ido dejando su huella y en cada sesión de apertura podemos reafirmarnos en una idea: las universidades son muchas cosas a la vez y existen muchas visiones diferentes y por eso la docencia requiere de un cuidado y un cariño muy especial”, expresó el presidente de la AIDU, quien añadió que la temática de este año, la transformación digital de la universidad, “no puede ser más pertinente porque el tsunami de la pandemia ha puesto patas arriba nuestra forma de enseñar”.

Zabalza alertó que la transformación digital ha de ser “una prioridad de las políticas universitarias”, aunque reconoció que ha sido una coincidencia la temática del congreso y la situación actual que vive la educación puesto que esta edición se comenzó a gestar muchos antes de la llegada del Covid. El presidente de AIDU indicó que “queremos poner a las universidades en la senda de las dinámicas de cambio que nos está tocando vivir” y finalizó su intervención realizando un reconocimiento a la labor de la ULL por haber llegado hasta el punto actual con el éxito vivido en la implantación del nuevo modelo de docencia.

El presidente del XI CIDU, el profesor de la ULL Amador Guarro, reconoció que es “un honor y una responsabilidad para la ULL acoger este congreso porque por primera vez se realiza de forma íntegramente digital, lo que supone todo un reto”. El docente declaró que “la digitalización de la sociedad es imparable” y, por extensión, la transformación de la realidad universitaria también lo es. No obstante, recordó que “el tema de nuestro congreso ya era pertinente en 2018, cuando decidimos que la nueva edición versara sobre ello, pero ahora lo es aún más”. Reconoció pues que “la transformación es inevitable”.

Guarro hizo hincapié en que las comunidades universitarias –tanto alumnado y profesorado como personal de Administración y Servicios– deben participar en las políticas que tendrán que ponerse en marcha para lograr la plena transformación digital de los centros de educación superior. Y para avanzar en esta ardua transición, el congreso ha invitado a diversos profesionales para realizar un “completo análisis del problema”.

La rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa María Aguilar, lamentó que “estos tiempos de pandemia nos condenan a vernos a través de una pantalla” pero destacó la experiencia de la ULL en el campo de la transformación digital puesto que recordó que, “en el último año, hemos pasado de ser una institución presencial a hacerla totalmente virtual, con el hándicap además de tener que acometer los cambios en pocos días”. Pero reconoció que “las crisis son oportunidades; la realidad nos ha dado una cachetada y nos ha obligado a actuar rápido”.

La rectora recordó que la ULL ha multiplicado el número de campus virtuales, ha adquirido equipamientos y licencias, ha cambiado sus procedimientos, ha formado en tiempo récord a profesorado y alumnado y ha dotado de más de 200 cámaras y micrófonos las aulas para poder ofrecer docencia on line. Y aunque Aguilar lamentó que “la mayoría de nuestra comunidad universitaria ha vivido esto como algo traumático y esperamos volver a nuestro querido entorno presencial” también celebró que “este salto ha sentado las bases para construir un modelo formativo donde la tecnología está presente”.

Aguilar concluyó que “la experiencia vivida, el conocimiento adquirido y las infraestructuras logradas se quedarán con nosotros” y el reto que se presenta ahora es integrar todos esos elementos para completar el modelo presencial y “favorecer así la formación de nuestro alumnado”. Por todo ello celebró la puesta en marcha de este congreso “en el que podremos compartir el conocimiento adquirido y aprenderemos de las experiencias ajenas”.

Los presidentes del comité científico del XI CIDU, los profesores de la ULL Manuel Area y Javier Marrero también participaron en esta jornada. Este último explicó que “educación y pandemia son un binomio cosido a través de las TIC” y que precisamente la situación actual ha obligado a las instituciones académicas a “transformar nuestras maneras de hacer y enseñar en la universidad, un espacio privilegiado para la construcción y difusión de conocimientos”. Por ello, invitó a las participantes del congreso a “repensar la docencia universitaria, una tarea que exige respuestas nuevas y mejores” y añadió que “tenemos el compromiso de presentar soluciones pedagógicas adaptadas a la actual situación, que nos obliga a ser cada vez más colaborativos en el proceso de la enseñanza”. Afirmó que hay que “hacer de la experiencia docente un espacio de investigación permanente para seguir aprendiendo”.

La primera de las ponencias del congreso corrió a cargo de Senén Barro, de la Universidad Santiago de Compostela, quien habló sobre La educación personalizada a través de la Inteligencia Artificial. Destacó “la potencialidad de las máquinas” y recordó que “las TIC han ido rompiendo barreras también en la educación, y lo estamos viendo con esta pandemia”. Así, destacó la importancia de emplear también la inteligencia artificial en toda esta transformación puesto que “amplifica el potencial de las TIC y permitirá, en el ámbito universitario, sobrepasar las barreras de la educación homogénea y sin personalidad a la que estamos abocados por no contar con los medios suficientes”.

El docente gallego aventuró que “hay que repensar la educación superior, y no solo repasarla, y más en este mundo en el que las máquinas nos han superado”. Senén Barro concluyó: “Somos profesores del siglo XX en aulas del siglo XIX con alumnos del siglo XXI y eso es más preocupante cuanta más incertidumbre tenemos sobre el futuro”.