Los problemas con la distancia de seguridad desaparecieron radicalmente ayer en el Aeropuerto de Tenerife Norte. El trajín que vivió la instalación el viernes, en la víspera de la entrada en vigor de las nuevas restricciones impulsadas por el Gobierno de Canarias, daban paso este sábado a mediodía a una estampa bien diferente, más cercana a lo que se vivió a principios del confinamiento que a la cola interminable del día anterior, resultado fundamentalmente de la suma de quienes habían adelantado el vuelo para evitar problemas y de aquellos otros que volvían a casa coincidiendo con el inicio de las vacaciones académicas de Navidad.

El exterior del aeródromo lagunero hacía vaticinar el viernes a eso de las 14:00 horas que había algo fuera lo normal, con coches aparcados casi en cualquier lugar y una cola que no avanzaba. La vía de acceso también permitía ayer predecir la situación, pero en sentido contrario. La ausencia de tráfico y los espacios libres en la zona de parada eran la antesala de la calma que predominaba en el interior. La terminal estaba tan despejada pasadas las 12:00 horas que se detectaba con facilidad a alguien caminando de forma errática por allí dentro. Pregunta de un empleado de seguridad: “Hola. ¿Vas a volar o trabajas en alguna agencia...?”. Respuesta: “No, en el periódico El Día”.

Los Rodeos se vacía

Como se recordará, fue el pasado miércoles cuando el Ejecutivo autonómico anunció la restricción de la entrada y salida, salvo en determinados casos, a Tenerife desde las 00:00 horas del día 18 de diciembre hasta el 1 de enero de 2021. Así es que las medidas ya estaban en marcha este sábado. “Yo vuelvo a mi casa a La Palma, por lo que no he tenido problema”, apuntaba Carlos Hernández en el exterior del aeropuerto. “Y de resto, bien; por suerte no hay la cantidad de gente que había ayer”, manifestó este estudiante. Se da la circunstancia de que el retorno al lugar de residencia habitual o familiar se encuentra contemplado en la batería de excepciones para poder volar.

Otra escena de la mañana la dejaban un grupo de personas mirando a través del cristal de la instalación aeroportuaria, desde fuera, evitando con ello entrar innecesariamente a un espacio cerrado. También en el exterior, en otro punto, un pasajero cogía un poco de aire. “Todavía me queda un buen rato para que salga el avión; vine tan temprano porque un amigo me pasó esta mañana a primera hora unas fotos de cómo estaba ayer el Aeropuerto y decidí venir mucho antes por si acaso”, expresó. “Esta semana tuve las últimas clase y hoy me vuelvo a Gran Canaria con mis padres”, explicó este estudiante. A diferencia del viernes –cuando, además, parecía haber una inusual tendencia a dar su opinión por parte de los viajeros–, ayer apenas había a quién preguntarle.

Los Rodeos se vacía

Vuelos interinsulares y con la Península eran los que figuraban en los paneles de llegadas y salidas. ¿Quiénes estaban autorizados para viajar en ellos? Aparte de para regresar al hogar, es posible hacerlo para la asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios; el cumplimiento de obligaciones laborales, profesionales, empresariales, institucionales o legales; la asistencia a centros universitarios, docentes y educativos, incluidas las escuelas de educación infantil, y la asistencia y cuidado de mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables. También están en el listado las actuaciones requeridas o urgentes ante los órganos públicos, judiciales o notariales; las renovaciones de permisos y documentación oficial, así como otros trámites administrativos inaplazables; la realización de exámenes o pruebas oficiales inaplazables, y otras causas de fuerza mayor o situaciones de necesidad, así como cualquier otra actividad de análoga naturaleza que esté debidamente acreditada.