La tormenta tropical Theta tocará previsiblemente La Palma y parte de Tenerife donde dejará fuertes vientos este sábado. Los últimos modelos probabilísticos del Centro Nacional de Huracanes (NHC) volvieron a incrementar ayer las posibilidades de que la trayectoria del ciclón que está alojado en medio del Atlántico se desplace hacia Canarias, en lugar de desviarse hacia Madeira. No obstante, de llegar a Canarias lo hará perdiendo fuerza, según los últimos modelos publicados en la noche de ayer. A esto se une que un reciente comunicado del NHC en el que advirtió de la posibilidad de que la tormenta tropical la convección gane entidad, se fortalezca y se forme un verdadero ojo en el centro del sistema, lo que lo convertiría finalmente, en un huracán.

La estructura tropical duraría más y sus vientos podrían afectar a La Palma, como deja entrever el mapa probabilístico de velocidad de los vientos del NHC. Lo haría a finales de este viernes. En este escenario, sin embargo, como explica el físico Juan Jesús González Alemán, “contempla un debilitamiento de la depresión cuando baja en latitud”. “La Palma sí que podría sufrir coletazos de Theta, tanto en viento como en precipitación”, explicó el investigador que señaló que “una posibilidad que está emergiendo es que la lluvia asociada a las fuertes tormentas que lleva en su interior puedan rozar a La Palma, por lo que hay que seguir pendientes”. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) se espera que empiece a afectar al oeste de la zona marítima de Madeira y al noroeste de la zona marítima de Canarias durante la tarde del sábado día 14, con vientos de fuerza 7 a 8 y mar gruesa a muy gruesa.

A pesar de la incertidumbre imperante, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado el aviso amarillo por rachas de viento de más de 70 kilómetros por hora, tanto en las cumbres de La Palma como en el norte de Tenerife, desde hoy, a las 21:00 horas, hasta las últimas horas de mañana. Según afirma, se espera que el efecto sobre las islas quede limitado a rachas de viento fuertes de hasta 80 kilómetros por hora en zonas altas de La Palma y Tenerife, si bien existe una pequeña probabilidad (menor al 20%) de que los vientos sobre el norte de La Palma alcancen la fuerza de tormenta tropical (aproximadamente 60 kilómetros por hora).

Temporada con récord de huracanes

La temporada de huracanes del Atlántico de 2020 ha establecido un nuevo récord este año en el número de tormentas nombradas en un año, que asciende ya a veintinueve tras la aparición de , formada recientemente en el Atlántico, según informa la European Climate Foundation (Fundación Europea del Clima). Algunos científicos, señala la fundación, han relacionado el número récord de tormentas en 2020 con el aumento de las temperaturas oceánicas, que baten récords anualmente debido al cambio climático provocado por el hombre. El país más afectado ha sido Estados Unidos, aunque las tormentas también han causado graves daños en todo el continente americano, incluido Canadá, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá.Las tormentas en el Atlántico, explica European Climate Foundation, reciben nombre cuando las velocidades de los vientos superan los 62 kilómetros a la hora, momento en el que se conocen como tormentas tropicales. Si su velocidad de viento supera los 119 kilómetros a la hora se clasifican como huracanes. “Nuestro pronóstico estadístico de pretemporada predijo hasta 24 tormentas con nombre, el más atrevido de todos los pronósticos de pretemporada pero no lo suficiente. El total real ya ha superado esa cifra. La alta cifra pronosticada se basó en el inusual calor del Atlántico tropical (el calentamiento causado por el hombre es, al menos en parte, responsable de ello), combinado con la probabilidad de condiciones favorables de La Niña”, ha subrayado el director del Centro de Ciencias del Sistema Terrestre de la Universidad Estatal de Pennsylvania(EE.UU), Michael Mann. El número de ciclones tropicales en todo el mundo se ha mantenido constante a nivel mundial durante el último siglo, según reconoce la fundación, que precisa que en la cuenca del Atlántico ha habido un aumento en el número de tormentas con nombre desde 1980. | EFE