Una realidad que preocupa a los responsables de Derechos Sociales en el Gobierno canario es la soledad que padecen los mayores, tanto si viven en pareja como si se trata de personas solas. Durante el estado de alarma, a nivel estatal se puso en marcha una aplicación para teléfonos móviles denominada Covida.

A través de este sistema, desde la administración se quería poner en contacto a personas de avanzada edad y enfermas, que residen solas y no podían salir a comprar comida ni medicamentos, con ciudadanos jóvenes dispuestos a ayudar a las primeras. Esta experiencia tuvo su mayor repercusión en el Archipiélago. Para sorpresa de la propia Viceconsejería, en Canarias 1.320 mayores se inscribieron en la experiencia, mientras que 957 voluntarios se sumaron a la iniciativa solidaria.

A nivel de toda España, 3.224 ciudadanos de avanzada edad se apuntaron para recibir la asistencia, frente a 1.561 voluntarios. De esa manera, se puso en contacto a cada voluntario con una persona mayor que residiera en las cercanías de su localidad. Los más jóvenes adquirían los productos alimenticios o los fármacos y después los dejaban a las puertas de las casas de los beneficiarios.