La campaña de la gripe ha finalizado. A su paso ha dejado 32 fallecidos, menos de la mitad de las víctimas mortales que se registraron el año pasado y que ascendieron a 68. Esta mejora de los resultados tiene relación con las altas tasas de vacunación logradas durante este año, a pesar de que ocho de cada diez de los que tuvieron complicaciones o una enfermedad más grave no se habían vacunado. Seis de cada diez fallecimientos se produjeron en personas mayores de 65 años, diez en personas de entre 15 y 64 años y uno en un menor de 15 años.

La cepa que generó la mayor parte de los fallecimientos fue el de la gripe porcina, el virus tipo Influenza AH1N1, que en 2009 fue el responsable de una pandemia mundial. Durante esta temporada, la letalidad en los casos graves fue del 13,85%, una cifra similar a la del año pasado, que se situó en 13,12%. Este año ha sido además el que menos casos graves se ha atendido, tan solo 243, por debajo de los 302 que requirieron ingreso en la temporada 2017-2018 y muchos menos que los que se constataron la temporada pasada (2018-2019), cuando hubo 518 casos graves en los hospitales. La complicación más frecuente fue la neumonía (78,81%), seguida del síndrome de distrés respiratorio agudo (34%), coinfección bacteriana (25,93%), fallo multiórganico (10,61%) y shock séptico (8,06%). Con respecto a la temporada de los años anteriores, se ha incrementado el porcentaje de casos con neumonía, los que han cursado con coinfección bacteriana y los que de un shock séptico.

El 77,77% de estos casos graves presentaba al menos un factor de riesgo, el más frecuente fue la Enfermedad cardiovascular crónica (48,15%), seguida de Enfermedad respiratoria crónica (39,15%), Diabetes (30,69%), Inmunodeficiencia (28,04%), Enfermedad renal crónica (20,63%), Obesidad mórbida (7,93%), Enfermedad hepática crónica (4,23%) y embarazo (0,53%) . El 88% no estaba vacunado. El pico de incidencia ocurrió durante la segunda semana de febrero, momento en el que se superaron los 300 casos por cada 100.000 habitantes, una incidencia que duplicó a la registrada durante la temporada anterior que se situó en los 150 casos por cada 100.000 habitantes. El virus estuvo ocho semanas en fase epidémica. Los más afectados han sido durante esta temporada los niños entre 0 a 14 años.

En toda España, la letalidad entre los casos graves fue del 12,5%, concentrándose el 77% de los registros en los mayores de 64, y el 18% en el grupo de 45 a 64 años. El 56% de las defunciones fue en hombres y el 95% tenían factores de riesgo. El 93% fueron por virus tipo A [84% A(H1N1)pdm09 y 16% A(H3N2), entre el 44% de virus subtipados] y el 7% B. El 80% de estos pacientes presentaban factores de riesgo.