La sala operativa del 1-1-2 había atendido entre la madrugada del domingo y la tarde de ayer 1.048 incidencias relacionadas con los daños provocados por las fuertes rachas de viento en todo el Archipiélago. Desde el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) explicaron este lunes que la inmensa mayoría de las demandas de intervención fueron efectuadas por ciudadanos residentes en las islas de Tenerife y Gran Canaria. No obstante, también hubo requerimientos de Lanzarote, Fuerteventura, La Palma, La Gomera y El Hierro, aunque en menor medida.

Muchas de las llamadas al servicio único de emergencias estuvieron vinculadas a la caída de árboles, ramas, toldos, carteles publicitarios, pérgolas, postes (que afectaron al suministro eléctrico en algunos enclaves), farolas o planchas metálicas.

También fueron frecuentes los desplazamientos de contenedores de residuos urbanos y mobiliario urbano, según las mencionadas fuentes. Fueron numerosos los daños registrados en vehículos por la caída de árboles, ramas, tejas o parte de las cubiertas de las edificaciones. Un ejemplo de esta situación se vivió en la calle Castillo, en el término municipal de Adeje, o bien en la zona de Los Cuartos, en La Orotava.

En Tenerife los municipios que solicitaron más actuaciones fueron Adeje, Arona, Granadilla de Abona, Guía de Isora, La Laguna, La Orotava, Puerto de la Cruz, San Miguel de Abona, Santa Cruz de Tenerife, La Matanza, El Sauzal, Tacoronte, Los Realejos, La Victoria, La Guancha, Santiago del Teide, Santa Úrsula y Vilaflor.

En el caso de La Palma, la mayoría de las incidencias ocurrieron en los territorios de Los Llanos de Aridane, El Paso, Tijarafe y Tazacorte.

En el caso de La Gomera, la sala del 1-1-2 detectó el mayor número de casos en Valle Gran Rey, mientras que en El Hierro los problemas estuvieron, principalmente, en las localidades de Valverde y Frontera.

Miles de personas se vieron afectadas el pasado domingo por el corte de la circulación en la Autopista del Norte (TF-5) en ambos sentidos, en dos tramos, de forma concreta, entre La Matanza y el Puerto de la Cruz, así como desde Los Realejos hasta Icod de los Vinos. Fuentes de los cuerpos de seguridad explicaron que, durante varias horas, guardias civiles de Tráfico no pudieron contactar con la sala operativa del 1-1-2 para adoptar medidas coordinadas en la distribución de los vehículos atrapados por tal medida. Así, los agentes de Tráfico intentaban sacar los coches hacia el casco urbano del municipio de Santa Úrsula, pero, ante la falta de comunicación, un agente municipal impedía el acceso a dicha zona, entre otras cosas, para favorecer la labor de los equipos de emergencia que trataban de sofocar varios incendios en la zona. Desde la sala del 1-1-2 explicaron ayer que no tenían conocimiento de que se hubiera producido esa falta de comunicación. Fuentes consultadas indicaron que las líneas de comunicación con el Centro de Coordinación de Emergencias y Seguridad (Cecoes) estaban saturadas y hubo algún momento con unas 70 llamadas en espera. Aclaran que no se trata de un problema del personal de la sala del 1-1-2 (que se empleó a fondo), sino del sistema, que debería disponer de líneas libres y seguras para que los cuerpos de seguridad y emergencias puedan coordinarse en estas situaciones con garantías, ya que es normal que algunos ciudadanos se asusten ante uno o varios incendios.