Un hombre acusado de abusar de su nieta mientras dormían juntos en la misma cama ha sido condenado a cuatro años y un día de prisión al quedar acreditados los hechos. El hombre intentó justificar los tocamientos de índole sexual asegurando que "solo le hacía cosquillas".

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha considerado probado que sobre las 23.30 horas del pasado 17 de junio de 2017, el procesado se "aprovechó" de la buena relación que mantenía con la niña y de que ya era habitual que durmiesen juntos cuando a la víctima y a su hermano les correspondía pasar fines de semana en compañía de su padre. Y "con ánimo libidinoso" le apartó el sujetador y comenzó a tocarle los senos.

El hombre, de 66 años en el momento de los hechos, también comenzó a tocarle los glúteos y el muslo con la "intención de tocarle la vagina", por lo que la niña salió corriendo del dormitorio del acusado y fue a contarle lo sucedido a su hermano.

La menor declaró en el juicio llevado en contra de su abuelo, que ese día estaban cenando y una vez que terminaron ella se fue a dormir. "Empezó a hacerme cosquillas y después fue a más", relató. "Yo le pedí que parase y salí de la habitación y me fui a buscar a mi hermano, le conté lo sucedido y se puso nervioso", manifestó la afectada.

El hermano de la niña también contó en el juicio que ella bajó llorando "y cuando pudo pronunciar una palabra, me dijo que mi abuelo la estaba tocando". "Yo subí a preguntarle qué había ocurrido y se hizo el dormido", relató el joven.

Los niños estuvieron tratando de comunicarse con sus progenitores pero la madre estaba dormida y el padre se encontraba en una fiesta y se había quedado sin batería, por lo que decidieron llamar a la Policía Nacional. "Mi exesposa llamó a una amiga con la que yo estaba y le dijo que había ocurrido algo en casa de mi papá y que la policía se encontraba allí", resaltó el padre de la víctima e hijo del condenado.

"Mi hija me contó lo sucedido posteriormente ya que después de una noche larga y horrible, me la llevé a dar un paseo. Era un manojo de nervios, estaba totalmente hundida", lamentó el testigo. Además, recalcó que su único interés es que se aclare la situación. "Si mi padre es culpable, pido ayuda para él, porque entonces tiene un problema grave", aseveró.

Por su parte, el acusado admitió que dormía con su nieta los fines de semana que su padre la llevaba al bungaló donde él reside. Sin embargo, negó los hechos y afirmó que "solo le hice cosquillas en la espalda como casi siempre lo hacía porque a ella le gustaba".

A su vez, el letrado de la defensa no negó los hechos, sino que sostuvo que la menor pudo "confundirse", motivo por el que la Sala considera "contradictoria la línea de la defensa" ya que si se entiende que la menor no ha mentido en su relato, no se puede considerar "razonable" que se halla confundido. Por ende, el fallo pone de manifiesto que "la explicación de la niña presenta una indudable significación sexual".

Igualmente, el informe pericial destacó que la víctima no era "sugestionable", que presenta un trastorno de déficit de atención que la hace "muy poco permeable a la implantación memorística de detalles". Por lo tanto, la Sala considera que la pericial "fortalece" el testimonio de la niña y de igual forma, su credibilidad.

Por todo lo expuesto, el juez Pedro Herrera condenó al procesado a cuatro años y un día de prisión por un delito de abuso sexual a menor de 16 años con prevalimiento y en grado de consumación y una vez que cumpla la condena, tendrá la medida de libertad vigilada por un periodo de cinco años. Además, le impuso la prohibición de acercarse a menos de 500 metros y comunicarse con la menor por un plazo de cinco años.

El hombre deberá indemnizar a los representantes de la niña con 20.000 euros por los daños morales ocasionados. La sentencia no es firme, por lo que cabe interponer ante ella recurso de apelación.