"Mi abuelo tiene diabetes y a veces no se toma la medicación, por eso le digo que tiene que cuidarse". La prevención y el tratamiento de la diabetes no es ya una tarea única de los pacientes. La enfermedad ha tomado tal cariz en la población canaria -la que tiene más prevalencia de la patología- que es necesario que toda la población se involucre en la lucha contra la patología. De ahí que ayer, en celebración del Día Mundial contra la Diabetes, con coloridas pancartas que auspician a consumir más frutas y verduras, reducir los azúcares y realizar más ejercicio, unos 400 escolares del Puerto de la Cruz se pusieran en marcha en masa en un recorrido de punta a punta del pueblo con el objetivo de concienciar a la población sobre los peligros que acarrea la patología

Porque además, el Archipiélago es la región que lidera la prevalencia de esta enfermedad en toda Europa. El 8,3% de los canarios padecen diabetes y cada año se registran 11.649 casos nuevos, especialmente de la diabetes tipo 2, que es adquirida y en un 70% de los casos se puede evitar. Y no es una enfermedad baladí. El azúcar incontrolado en el torrente sanguíneo puede llegar a acarrear pérdida de visión, amputación de miembros o, incluso, ictus y la muerte.

En los últimos años, la prevalencia de la diabetes tipo 2 se ha disparado en los más jóvenes, a pesar de ser una patología que tradicionalmente ha debutado en los adultos. De ahí que el Servicio Canario de la Salud (SCS), en una actividad organizada por el personal de enfermería y la jefatura del Centro de Salud de Casco Botánico, haya querido involucrar a los escolares de entre 10 y 12 años en la prevención de la enfermedad.

La caminata fue el culmen de un trabajo que se lleva realizando desde hace meses y que hace unas semanas comenzó con la concienciación de estos jóvenes. "Se ha ido a los colegios a formar a los escolares sobre diabetes y los hábitos de vida saludable", como explicó la directora del Centro de Salud, Ana Martín, quien afirmó que las nuevas generaciones están "más concienciadas que las que le precedieron". Aunque, "aún pasan tiempo delante de las pantallas", entienden la importancia del ejercicio físico y la buena alimentación, así como las consecuencias de no llevar a cabo estos hábitos de vida saludable.

Los niños han estado varias semanas trabajando en dicha concienciación diseñando pancartas con lemas y diseños vistosos. Y cuando en la mañana lluviosa de ayer salieron a la calle, ya tenían las ideas muy claras. "Hay que comer bien y hacer ejercicio", repetían los niños como si de un mantra se tratara. Con mensajes como "no necesito azúcar, tengo una vida dulce" o "semáforo rojo para el azúcar escondido", los escolares caminaron desde Punta Brava hasta el Pabellón Díaz Molina donde, debido a la lluvia, culminaron las actividades previstas para la jornada, conociendo la importancia de la enfermedad más silente y letal de la población canaria.