El atrio del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma fue ayer el escenario de una concentración promovida por Cáritas Diocesana de Tenerife, en la que un grupo de personas, la mayoría de ellas vestidas de negro y con caretas blancas, defendieron el derecho a una vivienda.

"El derecho a la vivienda ha muerto, pero nosotros creemos en la resurrección", "Juan: toda la vida trabajando y ahora en la calle" o "Todo ser humano tiene derecho a vivir en dignidad" fueron algunas de las frases utilizadas en las pancartas que portaban algunos de los participantes en este encuentro.

Durante el acto se celebró, de forma simbólica, el entierro del derecho a la vivienda, una acción con la que Cáritas pretende "sensibilizar acerca de los graves problemas que existen actualmente vinculados a la exclusión residencial en Canarias". También se instaló una mesa informativa sobre el arduo trabajo que esta organización desarrolla en favor de las personas más desfavorecidas, también en esta materia.

A propósito, recuerda que en 2018 atendió "a 651 personas en situación de sin hogar" a través de su programa de Inclusión Social. De ellas, "390 fueron acogidas en los diferentes recursos alojativos con los que contamos, una cifra que continuará al alza en este ejercicio, donde se prevé que las personas atendidas y acogidas aumenten en torno a un 10%".

En el caso de La Palma, destacar que cerca de 80 personas pasaron las fiestas navideñas de 2018 viviendo en la calle, según los datos facilitados en aquel momento por Cáritas Diocesana, lo que hizo que los voluntarios de esta entidad organizaran en esas fechas un almuerzo en la casa parroquial de la Iglesia de San Francisco, en la capital de la Isla. También organizaron un ropero, servicio de duchas para que tengan posibilidad de asearse y hasta una lavandería.

En 2018, el 71% de las personas sin hogar en La Palma eran hombres, frente a un 29% de mujeres. Un 18% tenía entre 18 y 35 años; un 26%, entre 36 y 45 años; entre 46 y 65 años, el 50%; y solo un 6% tiene más de 65 años.