Gloria Rojas Rivero es catedrática de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social. Fue, cronológicamente, la tercera de las candidatas a rectora en recibir a El Día para desarrollar las entrevistas previas a las elecciones del próximo lunes. Como ya pasó con las que califica de compañeras -porque "no tengo ni enemigas ni adversarias"- eligió como escenario su despacho, en este caso en la facultad de Derecho. Durante la campaña ha reivindicado su amplia trayectoria en la gestión universitaria como decana de facultad, secretaria general y directora de posgrados. Se congratuló porque sean tres mujeres las aspirantes, defendió la condición de universidad pública y reivindicó una financiación acorde a la importancia y el alto nivel de la institución. Apostó por "una nueva gobernanza que mejore la participación, la igualdad y la responsabilidad social, ejemplo de tolerancia y respeto". E incidió en el concepto de promoción y defensa de la igualdad, subrayando la necesidad de lograr la conciliación de la vida laboral y familiar. Estructuró su programa en dos ejes: las personas y la calidad del servicio. Con énfasis en la docencia a un alumnado que "aprende a aprender". Apostó por reforzar las relaciones con la sociedad, la internacionalización o la mejora de las infraestructuras. Tuvo mensajes para el PAS, el profesorado y los estudiantes, además de referirse al imprescindible proceso de digitalización y modernización.

¿Por qué se presenta Gloria Rojas a las elecciones?

Porque me animaron y me lo pidieron. Llevo 37 años aquí, quince de ellos -en períodos distintos y hasta 2003- con experiencia en la gestión. Y tengo un modelo de universidad en la cabeza. Orgullosa, además, de pertenecer a este colectivo desde el minuto 1. Hay un proyecto y no me ha costado encontrar gente afín a nivel personal y con una idea similar. Me lo han pedido, insisto, y es el momento adecuado para dar el paso. Personalmente, nunca me imaginé encontrarme en esta tesitura, pero ya estamos en ello.

¿Cuáles son las grandes líneas de su propuesta para el Rectorado?

No queremos que se nos gobierne desde fuera. Por lo tanto, independencia. Pero también defensa firme de la universidad pública y, por lo tanto, con un marco financiero estable que nos permita afrontar gastos extraordinarios como la imprescindible renovación de una plantilla envejecida. Y una tercera pata: la gobernanza. Con más democracia y la participación de todos, real y con compromiso. No sólo para escuchar sino para asumir responsabilidades. Con nuestro propio catálogo y propiciando la transformación digital para modernizar la ULL y adaptarla a los nuevos tiempos. Es una exigencia de la CRUE para la universidad española, en general, alcanzar un eje estratégico trasversal para todas las área de gestión. Como corresponde a mi perfil profesional de catedrática de Derecho del Trabajo considero que hay que incorporar la tecnología, por supuesto, pero siempre contando con el factor humano para ganar las oportunidades que nos dan estos nuevos tiempos de mejorar.

Valore a su equipo, en el que se mantienen varias personas del actual de Antonio Martinón.

Mantengo entre las once personas que van en mi equipo a cinco del actual: Francisco García (Coordinación Institucional y Relaciones con la Sociedad); Carmen Rubio (Internacionalización) ; Norena Martín (Campus y Sostenibilidad); Lidia Pereira (gerente) y Dulce Cairós (secretaria general). Creo que esta, la del equipo, es mi baza fundamental al margen de tener un programa serio y de un diagnóstico más o menos similar al de las otras candidatas.

¿Qué supone que sean tres mujeres candidatas, con lo cual habrá una rectora tras Marisa Tejedor (1990-1995)?

Entiendo que supone un notición para la sociedad que excede, incluso, nuestro ámbito. Estamos haciendo historia. No se conoce un proceso igual en la universidad española y no es algo casual. El 8 de marzo de 2018 marcó un antes y un después para los mujeres de todo el mundo y se ratificó un año después. Algún visionario dijo que no era el momento y, sin duda, era el momento. Existe el techo de cristal y también discriminación en la ULL. Eso hay que reconocerlo. Más sutil, pero existe. Techo de cristal y también brecha salarial entre hombres y mujeres. Por eso puedo decir, con orgullo, que mi equipo tiene otra característica: es paritario al 50%. Soy partidaria de las acciones de discriminación positiva en búsqueda de la paridad. En tanto en cuanto llegue el punto en que no sea necesaria. Pero, como ese momento aún no es una realidad ,y, de hecho, lo veo algo lejano, hay que seguir en esta senda para conseguir la igualdad real.

Defína a las otras candidatas: rivales, adversarias, enemigas, compañeras... ¿Buen rollito en la superficie y guerra subterránea?

No tengo ni enemigas ni adversarias. Ni en este proceso ni en ningún otro aspecto de mi vida. A Pino la conocía más que a Rosi de mi época de secretaria general. Habrán comprobado que en las comparecencias públicas nuestro tono ha sido tranquilo y relajado. Nos ha tocado estar ahí ahora y ya está. No veo enfrentamiento. Aunque sí debo decir que me hubiera gustado tener un formato de debate más profundo en el que se confrontaran las ideas con Pino y Rosi. Sin desmerecer al que ha organizado Alumni ULL.

¿Qué cree que le diferencia de las otras dos candidatas?

Creo que esa diferencia está en la capacidad. La mía y la del equipo que me rodea. No pido el voto por ser la mejor candidata, pero sí me atrevo a hacerlo por tener el mejor equipo. Somos 12, 9 vicerrectores, con el máximo nivel tanto en experiencia, incluida la gestión, como en cualificación. Y en todas las áreas: investigación, docencia y títulos, estudiantes, PAS... Incluida una gerente que ha demostrado su eficiencia y eficacia profesional estos años. Con el espíritu de negociación y de participación de todos. Pensé en un equipo ideal que no conseguí porque no todo el mundo aceptó la propuesta pero el que tengo es el mejor. Por otro lado, hay coincidencia en el diagnóstico entre las tres, pero la diferencia está en la capacidad para afrontar las soluciones. Debemos aportar medidas capaces de enfrentar y superar los retos que la institución y su momento histórico nos exigen. Sobre todo digo que no vendo humo porque nunca me comprometo a lo que no puedo cumplir. Tal vez el intentar ser justos me parece una declaración de principios. No somos ni mejores ni peores, sino distintos.

¿Está es una campaña limpia?

No he notado nada extraño y en mi opinión ha habido limpieza y un trato exquisito en lo personal. Creo que se han visto cosas raras donde no las hay. Críticas, sí, y es algo lógico en un proceso selectivo como este, pero ataques, y menos personales, creo que no. Es lo que pienso y así lo digo.

¿Cómo se está desarrollando esa campaña desde la perspectiva de Gloria Rojas?

Estoy recorriendo la Universidad de La Laguna al completo. Hoy (el día de la entrevista, uno como cualquier otro de esta campaña) empecé a las ocho y media de la mañana, apenas he tenido media hora para comer y ahora (seis y media) seguimos aquí. Y no ha sido de los peores e incluso me iré a casa un poco más temprano que otras veces. Pero, como dice el dicho, sarna con gusto no pica. Es gratificante ver cómo la gente te recibe tan bien. La sensación es muy positiva porque te cuentan lo que hace falta y echan de menos y tú tomas nota para intentar resolverlo

Docencia, investigación, transferencia... Resuelva esa ecuación D+I+T.

El principal reto que tenemos de manera casi inmediata es el relevo generacional porque muchos docentes están al borde de la jubilación. Proponemos para eso un plan estratégico de renovación, planificado en el tiempo y en las formas, sin improvisar. Hay que estudiar las necesidades por áreas de conocimiento porque no son uniformes. Con consenso y garantías. Respecto a la investigación, mi declaración de principios pasa por mejorarla porque creo que en este ámbito tenemos muchas posibilidades. Hay áreas de conocimiento en la ULL con una investigación puntera y en otras hay que reconocer que no tanto. El Plan Estratégico 2018-2021 incide más en el perfil docente que en el investigador. Resulta fundamental aumentar los recursos y poner el foco en la mejora de la vida de los más jóvenes para que tengan el aliciente de dedicarse a eso, a investigar. Y otro aspecto clave es reducir la enorme carga burocrática actual. No hay universidad en la que no se investigue. Tenemos motivos para estar orgullosos pero hay que invertir más en investigación. Aumentar los recursos especialmente en este área. Sólo se invierte el 0.5% y tenemos que alcanzar al menos la media, situada en el 1.2 % del PIB. Además, quiero aumentar la proyección internacional de nuestra universidad. Tenemos que atraer a alumnado extranjero y a investigadores de fuera.

¿Todo para el estudiante, pero sin el estudiante?

Un dato concluyente. Ellos son 19.000 de los 22.000 electores con derecho a voto el próximo lunes. Nosotros hemos estado muy atentos a escuchar lo que nos han transmitidos. Estamos de acuerdo, y creo que en esto hay consenso entre todas las candidatas, en crear la figura del Defensor y dotar de fuerza al Consejo. La razón de ser de la universidad es el estudiante. Y tenemos una serie de medidas previstas para mejorar su vida cotidiana. En servicios como el transporte, el alojamiento o la comida. Y también a la hora del estudio, por supuesto. Pero es evidente que falta participación y durante toda esta campaña he recorrido las aulas para pedirla. Tenemos la necesidad imperiosa de conocer su diagnóstico, la evaluación que hacen de la docencia que reciben para poder cambiar y mejorar en consecuencia. Informarles e informarnos. Demostrarles nuestra preocupación por su futuro y que somos receptivos a sus críticas. No me gusta la frase de todo para ellos pero sin ellos aunque debo reconocer que puede tener una razón de ser.

El PAS, ese gran e imprescindible olvidado.

Lo primero es decir que la RPT hay que modificarla; es necesario para modernizar la ULL. Pero si se aprueba o no ese cambio, siempre será con una negociación previa y con el consenso imprescindible. Su futuro como trabajadores es fundamental en paralelo a adaptar las estructuras de la universidad a la época actual. Sin sacrificios personales porque no se va a echar a nadie a la calle. Repito: negociación, negociación y negociación. Siempre de la mano y consensuada.

¿Continuista o rupturista con la etapa de Antonio Martinón?

He dicho en varias ocasiones que abogo por un cambio sensato que aproveche dinámicas pero con trabajo para mejorar lo mejorable. Creo que en este sentido, ni una cosa ni la otra.

Su lema de campaña es Motivos para el optimismo. ¿Los hay?

Por supuesto. Queda mucho trabajo por hacer y hay que afrontar retos importantes, gane quien gane. Pero con unidad, consenso e ideas claras respecto al camino a seguir es posible mantener ese lema.

Se ha repetido mucho estos días la necesidad de una apertura a la sociedad de la ULL y viceversa.

Creo que nos encontramos con una buena universidad. Modesta pero muy válida, pese a que hay mucho que mejorar, para el territorio en el que nos encontramos. Es una buena oportunidad de darle un empujón y modernizarla sin perder de vista su carácter público. Hay importantes retos, pero creo en las personas que forman esta institución y por eso soy optimista. Valoro al alza la apertura a esa sociedad y viceversa.

¿Cuál es su idea de universidad?

Quiero que el alumnado y el personal se sienta orgulloso de pertenecer a la ULL. La defensa de la universidad pública se mantiene por el acceso igualitario a la enseñanza. En dos palabras: una institución pública y crítica. Con el principio de la igualdad de oportunidades por bandera, el fomento de la investigación y la transferencia de conocimientos a la sociedad. Tres ideas fundamentales para resolver los problemas: respeto, tolerancia y diálogo. Y la participación democrática que genere valores como diversidad, solidaridad e igualdad. Por ahí va mi idea de lo que entiendo debe ser la universidad y, en concreto, la ULL.

En caso de segunda vuelta, ¿habrá pinza entre las que pierdan? ¿Cómo lo ve Gloria Rojas?

Eso no me lo planteo. Salgo a ganar aunque tengo claro que si quedo primera pero sin el apoyo suficiente seguiría haciendo campaña y recorriendo la universidad como he hecho durante estos días. Creo que es lícito que en ese caso intente ganarme al electorado de la candidata que no pase ese primer corte. No tengo que hacer pinza ni nada que se le parezca. Y, sobre todo, no voy a prometer en la segunda vuelta lo que no haya prometido en la primera.

La ficha

Gloria Rojas nació en La Laguna en 1960. Estudió primaria en la Escuela Normal Aneja y Bachillerato en el Instituto Femenino de La Laguna (que después sería el Cabrera Pinto). Cursó la Licenciatura de Derecho en la ULL (1977-1982), incorporándose a esta misma Universidad como colaboradora de Cátedra en el curso 1982-1983, y al año siguiente como adjunta interina en el área de Derecho Civil. Luego se incorporaría al área de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la que se doctoró en 1989. Accedió a la Titularidad de Universidad en 1992 y a la Cátedra en 2009. Su compromiso con la gestión la ha llevado a ocupar los cargos de secretaria y directora de Departamento, vicedecana y decana de la Facultad de Derecho y secretaria general de la ULL. Ha sido, además, directora de máster y evaluadora de proyectos del MINECO. De su competencia investigadora dan prueba sus cuatro sexenios. Está a la espera de la concesión del quinto.

Su equipo

Gloria Rojas presenta un equipo formado por Francisco García (Coordinación Institucional y Relaciones con la Sociedad) (continuaría del mandato anterior); Carmen Rubio (Internacionalización) (seguiría también); José María Fernández (Investigación y Transferencias); Celsa Cáceres (Igualdad, Diversidad y Acción Social); Wenceslao Peñate (Personal Docente e Investigador); Norena Martín (Campus y Sostenibilidad) (seguiría); Manuel Area (Títulos, Innovación y Educación Digital); David Castro (Estudiantes); Vicente Blanco (Tecnologías de la Información y Desarrollo Digital); Lidia Pereira (gerente) (continuaría) y Dulce Cairós (secretaria general) (continuaría).