La innovación y sostenibilidad de tres proyectos tecnológicos ha llevado a la compañía tabacalera Philip Morris Canarias a conceder una suma de 9.671 euros a cada una de estas propuestas, durante la celebración de la quinta edición de los premios Emprendedor. De esta forma, los galardonados Claudio Adamo y Sergio Hernández (Palms Protection System); Haridian Cañete y Gabriela Brieba (Control en Cocina); y Juan Manuel Florit (AE Services), podrán brindar un importante impulso a sus revolucionarias ideas.

El primero en explicar el núcleo de su investigación fue Claudio Adamo. Se trata de un emprendedor de 48 años que, junto a su socio Sergio Hernández, apostó por una interesante herramienta capaz de automatizar y monitorizar el mantenimiento de las palmeras.Un propósito que desde el primer momento tenía el claro fin de prevenir la aparición de plagas o enfermedades que puedan dañar a la especie arbórea.

Todo surgió cuando Adamo -de nacionalidad italiana- aterrizó en el Archipiélago y la elevada presencia de palmeras captó su atención. "Una de mis principales características es la curiosidad, y cuando llegué a las Islas me pregunté por los mecanismos de protección con los que contaban las palmeras", confesó.

Un análisis que tomó cuerpo cuando se animó a profundizar en las bandas protectoras que se sitúan en los troncos. " Estas bandas son producidas por las propias empresas de exportación de parques y jardines, pero no atienden a las necesidades del medioambiente", apostilló.

La segunda en tomar la palabra fue Haridian Cañete. La empresaria, de 36 años, partió de su experiencia profesional como consultora en seguridad alimentaria para desarrollar, junto a su socia, la aplicación digital Control en Cocina, que ha merecido el reconocimiento del jurado en esta quinta edición de la entrega de premios Emprendores. "Llevamos casi una década trabajando en el sector de la restauración y hostelería, evaluando y auditando los establecimientos en lo que respecta al cumplimiento de normas de sanidad, requisitos, y funcionalidades. Hemos contemplado la necesidad de digitalizar estos procesos", enfatizó.

En base a sus explicaciones, los requisitos por parte de la inspección sanitaria son "muy exhaustivos" en lo que atañe al control de la seguridad alimentaria. "Es necesario controlar numerosos parámetros dentro de una cocina -temperatura, limpieza, o registro del personal- que en ocasiones enturbia el trabajo de los cocineros al estar repartidos en diversos papeles". Esta realidad, las impulsó a trabajar en el desarrollo una app "sencilla y dinámica", capaz de agilizar los procesos de inspección y de reducir los gastos en papel. "Al ahorrar en papel se contribuye con la sostenibilidad. Pero además, ayudaríamos a los inspectores, ya que en muchos casos invierten más de la mitad de su tiempo en la revisión documental", agregó.

Por último, llegó el turno de Manuel Florit. Este ingeniero civil de 28 años dio rienda suelta a su proceso creativo hace tres años tres años a raíz de un voluntariado que realizó en Tanzania por medio de una ONG austriaca. Una experiencia que lo llevó a mostrar interés por los drones. "Esta organización tenía un dron que no utilizaba e investigué y me di cuenta de los potenciales usos que se el podría dar en una zona tan subdesarrollada", indicó el joven.

Un tiempo después, tuvo la idea de hacer uso de los drones para el desarrollo de infraestructuras. "Hay que tener en cuenta que Gran Canaria presenta unas infraestructuras muy complejas. Somos la comunidad autónoma con mayores kilómetros de costa a nivel nacional y en cuanto a carreteras peligrosas ocupamos el sexto puesto", recordó. Este producto vendría a resolver la complejidad de la orografía.