JOYAS DEL PATRIMONIO | Los BIC de la capital (XXXV)

Zona arqueológica en el barranco del Pilar

Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de

Zona Arqueológica por decreto de 31 de enero de 2000

Grabados rupestres en Lomo Gordo destruidos intencionadamente en 2007.

Grabados rupestres en Lomo Gordo destruidos intencionadamente en 2007. / E. D.

José Manuel Ledesma Alonso

El yacimiento arqueológico se localiza en la margen izquierda del barranco del Pilar, en la zona conocida como Lomo Gordo, justo en el límite del término municipal de Santa Cruz de Tenerife.

El afloramiento rupestre se encuentra sobre un pequeño promontorio rocoso, en una rampa de suave pendiente, correspondiente a las coladas basálticas pleistocénicas que se extienden ampliamente por ambas vertientes del eje dorsal de la Isla y que forman parte del interfluvio del citado cauce.

Su morfología original ha sido muy transformada por acciones atróficas actuales, debido al proceso de urbanización que ha experimentado la zona con calles asfaltadas, aceras, tendido eléctrico, e incluso se ha llegado a construir una gran edificación a 10 minutos del límite Norte del yacimiento. La delimitación del conjunto viene definida por dos calles adyacentes que, en esquina, cierran el espacio arqueológico.

| e.d.

| e.d. / José Manuel Ledesma Alonso

Zona arqueológica

La zona arqueológica está constituida por una estación de grabados rupestres prehispánicos y varias cuevas naturales de habitación. La estación de grabados rupestres, ubicada en un mogote rocoso de tonalidad rojiza, tiene como soporte un pequeño afloramiento basáltico, integrado en coladas pleistocénicas de composición petrológica augítico-olivínica, sometido parcialmente a un proceso de disyunción prismática que determina la existencia de superficies más o menos planas en los bloques pétreos que integran el conjunto.

En los prismas y bloques basálticos que configuran este mogote rocoso, salpicado en algunos puntos por tabaibas amargas y otras especies propias de la zona baja de la isla, se observan una veintena de paneles con grabados rupestres de adscripción y morfologías diversas formados con motivos rectilíneos sin un orden y corte aparente, pues se encuentran aislados o agrupados en líneas que se cortan sin un criterio de regularidad, o reticulados, curvilíneos o cruciformes, como la inscripción en forma de cruz sobre peana, un velero de tres mástiles y velamen, etc. Junto a ellos se documenta otro tipo de grabados en los que predomina la temática geométrica, formada por dos figuras triangulares con la base abierta a modo de «A» invertida.

La técnica de ejecución es la incisión poco profunda, en las que el surco más hondo parece mostrar huellas de una cierta abrasión. Lamentablemente, aparecen numerosas inscripciones y grafitis recientes con nombres de personas, fechas y signos alfabéticos que dañan la superficie de los motivos aborígenes e históricos. Cuevas naturales de habitación

En las distintas cuevas naturales de habitación, conformadas por un conjunto de cavidades naturales situadas en tracto inferior de la ladera del barranco, existen testimonios que nos demuestran que fueron ocupadas en la época aborigen, ya que poseen grandes dimensiones y ofrecen buenas condiciones espaciales y ambientales para que fueran habitadas como vivienda.

Refugio temporal

Algunas de ellas fueron aprovechadas por los guanches como refugio temporal, pues todavía conservan en su interior parte del relleno sedimentario original y en su entorno se encuentran fragmentos de varios vasos cerámicos. Lamentablemente estas cuevas han sido utilizadas como refugio pastoril y alguna está cubierta de escombros, resultante de una obra realizada en la parte superior del barranco.

Existe otro conjunto integrado por tres cavidades naturales, con las respectivas entradas orientadas al sureste. Están situadas en la parte del barranco que presenta menos desarrollo y muestran buenas condiciones espaciales para desarrollar actividades domésticas básicas. En ellas se encuentran el mayor número de objetos materiales de la cultura aborigen, formado por fragmentos cerámicos, piezas líticas, desechos de talla y restos de alimentación.

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