El presidente de la Asociación de Vecinos del barrio de Los Campitos –en el distrito de Anaga, en Santa Cruz de Tenerife–, Evaristo Hernández, denuncia una nueva plaga de mosquitos que tiene acribillados a los residentes en este núcleo de población. La situación no es nueva, para traer al recuerdo que hace tres años se realizó una limpieza en la presa de la zona que ha provocado que, cada vez que llueve y se almacena un poco un de agua, aparecen los mosquitos.

«Ya es algo habitual; después de la lluvia los vecinos se han acostumbrado a convivir con estos insectos, y no te creas que son pequeños», precisa en la conversación, para advertir que son muchos los residentes en Los Campitos que soportan las picaduras que, en algunos casos, le ha obligado a acudir a los servicios de Urgencias tanto de centros médicos como incluso de hospitales.

Evaristo Hernández muestra su indignación porque, aunque la situación se repite cada vez que llueve, se ha advertido a las autoridades y no toman cartas en el asunto. «Eso no es forma de vivir ni calidad de vida», se lamenta.

También rompe una lanza por la vaquería que existe en la parte alta de Los Campitos frente aquellos que han llegado a imputar la presencia de los mosquitos a dicha actividad ganadera. Desde la experiencia del presidente de la Asociación de Vecinos de Los Campitos, «las vacas siempre han estado ahí y no ha habido problemas; el origen está directamente vinculado con lo que se hizo hace tres años; así, cada vez que llueve, se forma un charco y aparecen los mosquitos».

Este periódico se puso en contacto con el Cabildo de Tenerife, dado que la presa de Los Campitos, aunque por sus condiciones está fuera de servicio desde que fuera planificada y en su intento sin éxito de ponerla en marcha, depende del Consejo Insular de Aguas de la Isla.

El consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, el socialista Javier Rodríguez Medina, dijo conocer la situación que tiene su origen en el agua que se empoza en la charca de Los Campitos cada vez que llueve, con especial incidencia en los últimos años. Gracias a la colaboración de los vecinos y también la implicación de los técnicos insulares que realizan un seguimiento de este tipo de embalses, desde la Consejería de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático se anuncia que en la actualidad se gestiona la contratación de una empresa que a la mayor brevedad intervendrá en la zona para llevar a cabo una campaña de desinsectación que ponga fin a esta plaga que tiene en jaque a los residentes de Los Campitos en los últimos días.

Una plaga de mosquitos acribilla a los vecinos de Los Campitos

Desde la asociación de vecinos de este núcleo de Anaga, su titular, Evaristo Hernández, remite una amplia documentación gráfica que pone en evidencia las picaduras y hasta la complicaciones que han causado en una docena de residentes de este pueblo.

Evaristo Hernández insiste en la falta de mantenimiento a este depósito de agua que no se utiliza y que ni siquiera contemplan su limpieza; es más, el presidente de la asociación de vecinos de Los Campitos está convencido precisamente de que una mala actuación desarrollada hace tres años es la que provoca ahora un efecto llamada cada vez que llueve. «Cada vez que cae agua, ocurre siempre lo mismo. Aunque se aplique la campaña de desinsectación vuelven a venir», se lamenta el vecino, que recuerda las palabras de técnicos de la Consejería de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, que precisa que aunque mueran los insectos, se mantienen los huevos.

El dirigente vecinal de esta zona precisa que la situación empeora por la noche, pues cuando se encienden focos o luces estas fuentes luminosas los atrae, para incidir, de nuevo, en el tamaño de los insectos y también en los daños provocados, como el caso del propietario del Bar El Cazador, que según el propio Evaristo Hernández, fue preciso que acudiera al hospital para recibir atención personalizada ante la herida que le provocó.

El presidente de la Asociación de Vecinos hace suya la inquietud de los residente de Los Campitos, y plantea que la presa, que nunca ha llegado a tener el uso para la que fue proyectada y construida, pueda acoger un circuito de bicicletas o que incluso se pueda convertir en una ciudad del deporte donde se organice las diferentes disciplinas de las que se puedan beneficiar los vecinos tanto de este núcleo de Anaga como del distrito y de la capital en general, además de traer al recuerdo las experiencias que se han desarrollado en otras presas, como la de Tahodio, para incidir en la necesidad de buscar una rentabilidad que pueda beneficiar a los vecinos desde la práctica del deporte.