La asociación de vecinos El Pescador ha afrontado una travesía de dos años hasta lograr su objetivo: el rescate de la embarcación del pescador decano de cuantos viven en San Andrés como monumento a la cultura de un pueblo, con la complicidad de Elio Baute. Ahora solo falta que no acabe entre coches.

El alcalde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez, junto a la concejala del Distrito Anaga, Macu Fuentes, y el responsable de Infraestructuras, Dámaso Arteaga, inauguró por fin la placa y la instalación de la embarcación de El Corbeta en secano, a mitad de camino entre la playa de Las Teresitas y el antiguo castillo de San Andrés. De haber sido una travesía, el proyecto que ideó la Asociación de Vecinos El Pescador, que preside Gabriel Rodríguez, ha sorteado una ruta de dos años entre marejada a fuerte marejada, pues comenzó a tramitarte con el equipo la socialista Patricia Hernández.

El barco, construido en 1944, perteneció a Manuel Fernández El Chocolate, nacido el 24 de diciembre de 1928, y perteneció a la llamada flota de Los Manolos junto a el Amanda y el María Antonia. En 1995 decidió jubilarse y El Chocolate decidió deshacerse de las dos últimas embarcaciones, pero no de El Corbeta, que finalmente Helio Baute Curbelo y lo mantuvo fondeado en San Andrés. ”Era un barco bueno y bonito”, recordó ayer. “Por eso se lo compré yo a Manolo”, reconoció al término del tributo celebrado ayer en secano.

Cuando Helio ya se había construido una nueva embarcación, comunicó a la asociación de vecinos El Pescador su deseo de donarlo al pueblo, a sabiendas de su interés por convertirlo en un homenaje no solo a Manolo El Chocolate sino a la cultura de centenares de vecinos de San Andrés que durante siglos han logrado el sustento de sus familias en el mar.

El colectivo vecina ya se había en marcha para ubicar El Corbeta a la entrada de San Andrés, donde se localiza la llamada Piedra de los Comunistas. “Pensábamos que esos terrenos eran de titularidad pública y ahí perdimos un montón de tiempo... porque al final es suelo de propiedad privada”, recordó ayer el dirigente vecinal Marcos Cova.

El proyecto sufrió un cambio de rumbo para buscar el emplazamiento, que se localizó junto a la carretera que pasa por la trasera del antiguo castillo de San Andrés, terreno propiedad del Consejo Insular de Aguas, donde se ha instalado, en una zona en la que El Corbeta corre peligro que acabar estacionado entre los vehículos. Esta zona se utiliza de estacionamiento; de hecho, algunos pivotes que impiden el acceso están arrancados, lo que facilitaría encontrar en los días de alta demanda de playa la embarcación de Manolo El Chocolate entre barcos de secano.

En esa travesía de ilusiones, que se ha demorado durante dos años, el último contratiempo tuvo el pasado domingo, cuando Manuel Fernández sufrió una caída que le provocó la fractura de cadera, de la que podría ser intervenido hoy. Tantos años e ilusiones... y en el último momento se truncó la llegada a puerta llegaron a pensar los dirigentes de la asociación de vecinos El Pescador, que incluso hablaron con las hijas del pescador decano de San Andrés para aplazar la celebración del acto.

De hecho, la inauguración de El Corbeta en senado ya se había retrasado en dos oportunidades anteriores por problemas en la recepción de la placa que inmortaliza la fecha de su instalación.

La familia de Manuel Fernández insistió en que se celebrara el acto que tuvo lugar en la tarde de ayer y al que acudieron sus dos hijas, así como el propio Elio Baute, a quienes el presidente de la asociación de vecinos El Pescador, Gabriel Rodríguez, agradeció su presencia y generosidad y recordó que esta embarcación rinde tributo a generaciones de personas del pueblo que han encontrado el sustento en el mar de San Andrés.

En ese sentido también dedicó sus palabras el alcalde, increpado por un coche y aplaudido por otro mientras hablaba para poner en valor al entrega de los vecinos de este pueblo de Santa Cruz.