Los vecinos de Azorín lamentan el abandono de algunos coches en el entorno del Pancho Camurria, como el que ocupan desde hace tres días –aseguran– Dani y Vanesa, ella, madre de cuatro hijos cuya tutela la tiene la abuela, que reside en Arona, en el Sur de Tenerife.

Hace tres meses abandonaron Proyecto Hombre y desde entonces, se han buscado la vida hasta acabar viviendo en el coche donde antes habitó un colega de Dani.

“Llevamos tres días, y esto va para largo, porque no hay trabajo, ni ayudas”, dice mientras mira al coche, que es un horno bajo el solajero. A sus 28 años, ha trabajado de camarero, peluquero, adiestrador de perros... “con tal de trabajar, como si tengo que ponerme a recoger colillas”, asegura.

“Si sueño sería quedarme aquí, en Tenerife, pero es imposible conseguir una vivienda... Es imposible optar a los alquileres de las de Protección Oficial”.

Vanesa, que rechaza salir en la foto porque quiere pelear por un trabajo que le permita recuperar la tutela de sus hijos, trabajó durante catorce años en el sector de la hostelería en el Sur de la Isla, hasta que llegó la crisis económica. Cuenta que ya estuvo seis meses acogida en el albergue municipal de Santa Cruz, y en la actualidad está a la espera de que le gestionen plaza para poder pernoctar y comer. Apurando la última calada del cigarro, no puede evitar que los ojos se le cuajen cuando recuerda a sus pequeños, su razón de ser para volver a intentarlo.