El presidente del Real Casino de Tenerife, Miguel Cabrera Pérez-Camacho, someterá a la aprobación de la asamblea convocada para el viernes 29 de enero la modificación de los estatutos de la sociedad. Entre las noventa enmiendas que se han elaborado, Cabrera Pérez-Camacho propondrá suprimir el límite en el período de la presidencia. El responsable de la señera sociedad chicharrera explicó a EL DÍA que desde la fundación del Casino, en el año 1840 hasta 2009 –cuando se realizó la última reforma de estatutos–, “la libertad ha sido la seña de identidad de la institución para que los socios puedan elegir a quien quieran y que pueda optar quien lo desee”.

El presidente de la institución –que afronta el tercero de sus cuatro años de mandato– recuerda que “en 2009 se realizó una modificación en los estatutos para acotar el período al frente de la presidencia a un máximo de ocho años”; o sea, dos períodos de cuatro. En la redacción actual de los estatutos que se pretenden cambiar en la asamblea del viernes consta que “la duración del mandato de los miembros de la Junta Directiva será de cuatro años a contar desde su proclamación, pudiendo cualquiera de sus miembros presentarse a la reelección. Cumplido este período se procederá a la convocatoria de elecciones a la Junta Directiva. Solo se podrá ser presidente por un período máximo sucesivo de ocho años”.

En la enmienda que se votará en la asamblea del viernes se propone que “la duración del mandato de los miembros de la Junta Directiva será de cuatro años a contar desde su proclamación pudiendo cualquiera de sus miembros presentarse a la reelección”.

Cuestionado sobre si hace este cambio estatutario para instalarse en la presidencia del Casino de Tenerife sine die, Miguel Cabrera Pérez-Camacho recuerda que el 31 de enero de 2018 tomó posesión, por primera vez, de la dirección de la institución, al conseguir el respaldo del 60 por ciento de los socios que ejercieron su derecho al voto frente a la alternativa que presentaba Vicente Álvarez Gil. “Por lo tanto, todavía me queda un año para finalizar el primer periodo de mandato que permiten los estatutos actuales y ni siquiera sé si me voy a presentar a la reelección para afrontar los otro cuatro años a los que podría aspirar con las actuales normas”.

Miguel Cabrera Pérez-Camacho quiso disipar así cualquier deseo de perpetuarse como algunos socios del Casino han advertido que es su intención. El presidente de la institución recordó que “fue precisamente el anterior presidente, José Alberto Muiños, quien estuvo diez años al frente del Casino de Tenerife”. Para Cabrera Pérez-Camacho, “el cambio de los estatutos, que no solo se refieren a suprimir los límites en el período de la presidencia sino que engloban un total de 90 puntos, es el resultado de un año y cuatro meses de consenso; estamos ante la modificación de estatutos más consultada a los socios, a los que hace 21 meses se les solicitó propuestas y enmiendas para consensuar las normas que rigen la vida de la sociedad y que se someterán a revisión el viernes”. “Nunca en la historia del Casino una reforma ha sido tan participativa con enmiendas y sugerencias”, reiteró el actual presidente.

Frente a las voces críticas de la sociedad que también cuestionan que no se hayan cumplido los plazos de la convocatoria de la asamblea, si bien el anuncio fue publicado en este periódico hace quince días pero algunos socios aseguran que recibieron la convocatoria el miércoles pasado –sin que se cumplan los 15 días de plazo–, Cabrera Pérez-Camacho garantizó que el procedimiento se ha llevado a cabo cumpliendo la estricta legalidad, “no olvide que soy abogado”, añadió.

Otra de las puntas de lanza de los críticos se refiere a la celebración de la asamblea en fase 2 por el Covid, lo que obligará a habilitar el 50 por ciento de las 400 localidades del salón de actos de la sociedad, cuando la institución tiene una masa social de 1.900 personas. El presidente también garantizó que la asamblea se celebrará con todas las medidas de seguridad, como es habilitando el 50% de su capacidad y no se servirá cóctel, para cumplir las normas. Respecto al aforo, recordó que la media de asistencia a las asambleas que se convocan en la institución oscila entre veinte y treinta personas, por lo que habrá capacidad sobrada para la celebración de la asamblea del viernes. El presidente invitó a todos a sumar y lamentó estas voces discordantes que solo dañan la reputación del Casino de Tenerife.