Opinión

Relación Israel & Marruecos y España

Bandera de Marruecos

Bandera de Marruecos / Europa Press/Contacto/Maksim Konstantinov

En la actualidad, parece que ha llegado una epidemia mundial donde en pocas semanas diversas estrategias geopolíticas han cambiado radicalmente, aumentando la inseguridad. El mundo está revuelto, difícil de ver o estimar cómo puede terminar esta situación tan enrevesada, no es nada fácil prevenir situaciones entre tantos países enfrentados. Parece que el orden mundial se ha resquebrajado.

En el plano particular, España se ha encontrado con algo similar a estos otros mundos, lejanos a nosotros.

Veamos antecedentes. Pocos días después del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental por parte de Donald Trump, fueron aplicados, además, los «Acuerdos de Abraham» en 2020, acordado por los Emiratos Árabes Unidos e Israel el 13 de agosto de 2020 (llamado así en honor a Abraham, el patriarca de las tres principales religiones abrahámicas del mundo: el judaísmo, el islam y el cristianismo), promovidos también por la Administración de los Estados Unidos que normalizaron las relaciones diplomáticas entre Israel y otros países musulmanes suníes.

Para Israel fue un gran éxito y para el presidente Trump un gran trofeo, aplicando algo tan poco democrático como son los hechos consumados, cuando sabemos que las Naciones Unidas tienen pendiente una resolución entre ambas partes: Marruecos y Territorio Saharaui, representado por el Frente Polisario o la República Árabe Saharaui Democrática. Con este acuerdo se consiguieron nuevas oportunidades para la cooperación en materia de defensa, seguridad y economía.

Hay que tener en cuenta que el islamismo chiíta que profesa Irán es la mayor amenaza que tiene Israel, por lo que el citado Acuerdo de Abraham es sumamente importante para ellos, y muy oportuno para Marruecos, que profesa el sunismo.

Para aclarar un tema importante en el mundo musulmán es preciso tener en cuenta que pese a que los países de mayoría islámica han dado su apoyo a la causa palestina en el contexto de la actual guerra entre Israel y Hamás, las tensiones políticas y religiosas tradicionales en Medio Oriente siguen vigentes y marcan las posturas entre ambas ramas del islam, que evidencian lo complejo de las relaciones entre los dos principales rivales en Medio Oriente: Irán y Arabia Saudita, o sea entre el Ayatolá Ali Jamenei, líder de Irán, y Mohamed Bin Salman, príncipe heredero y primer ministro de Arabia Saudita.

Pero hay un antes y después del horrible atentado del Movimiento de Resistencia Islámica, el grupo terrorista sunita Hamás, del pasado 7 de octubre donde ha cambiado todo, y mucho.

Un ataque sorpresa tan bárbaro, meticulosamente coordinado y con enorme violencia llegado desde Gaza, con mujeres violadas, niños y bebés decapitados, familias enteras quemadas vivas, y otras crueldades, todo filmado por los propios terroristas y subido a sus redes sociales, no puede quedar sin la respuesta posterior de Israel. Su reacción fue inmediata dando una respuesta contundente con una finalidad fija: aniquilar al terrorismo de Hamás, a pesar de que implique la muerte de miles de personas inocentes. ¿Hasta dónde puede o debe llegar Israel?, es algo impredecible, que la Historia nos dirá.

Este grave atentado favorece la estrategia iraní para frenar las negociaciones entre Israel y Arabia Saudí, algo que seguirá pendiente. Los saudíes, que están considerados como «los guardianes» del islam, sería un pacto histórico, amparado además por Estados Unidos, principal mediador en el intento. Pero, como vemos, tendrá que esperar.

Por otra parte Israel y Marruecos formalizaron relaciones el 22 de diciembre de 2020, unos días después del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental por parte del presidente Donald Trump. Como consecuencia inmediata nos encontramos con las aspiraciones de Marruecos sobre las aguas canarias, tras la «entrega» inusitada del reconocimiento de la soberanía por nuestro presidente Sánchez (un misterio que sigue sin haberse aclarado), contra lo establecido en las Naciones Unidas, lo que es otro hecho consumado, dejando abandonados al pueblo saharaui en las lejanas tierras del sur argelino, en los campamentos de Tinduf, que visité hace unos años y conozco de cerca, que gracias a ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, tienen agua y comida. Y de Argelia, por supuesto.

En la actualidad, Marruecos ya está sacando provecho de su acuerdo con los israelíes, que pudieran quedar en contra de intereses españoles, principalmente en materia económica.

Poco oportuno fue nuestro presidente Sánchez en sus declaraciones con crítica al gobierno israelí: «Reitero el derecho de Israel a defenderse, pero dentro de los principios humanitarios». Incluso fueron malinterpretadas por la organización terrorista Hamás, que llegó a agradecerle su apoyo. Tal manifestación provocó un problema diplomático de Israel con España, que decidió llamar a consultas a su embajadora en Madrid, lo que supuso dejar vacante, de manera inmediata, su representación diplomática para exponer su malestar. Pasados unos días se han vuelto a restablecer.

En mi opinión, no deja de ser una incoherencia que mientras se apuesta por una Palestina independiente, se reconozca la legitimidad de Marruecos para gobernar sobre el Sáhara Occidental, olvidando a su población, que como ya he citado, los saharauis fueron abandonados en Tinduf.

La realidad actual es que ambos Estados ya iniciaron sus actividades de cooperación, pero algunas de ellas pueden afectar a los derechos de España en aguas canarias.

La empresa israelí  Ratio Petroleum ha firmado un acuerdo con el Ministerio de Energía marroquí para explorar de forma exclusiva en aguas del Sahara Occidental, en lo que entienden son costas marroquíes. Además, hay que señalar que están en aguas muy próximas al Archipiélago canario, con la posibilidad de que hayan rebasado el límite de sus aguas, en perjuicio de Canarias, amparado por su nuevo cómplice.

Hay que tener en cuenta que nuestras costas son de gran riqueza, pues en sus fondos alcanzan al monte Tropic, el yacimiento de telurio, dicen, más importante del mundo, ubicado a 250 millas al suroeste de Canarias. Y la ambición de Marruecos, sabemos, es desmedida.