Opinión

El cuerpo diplomático de Sánchez y el informe PISA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / Alberto Ortega - Europa Press

El mundo como la poesía se ordenan por secretas correlaciones, defendía Octavio Paz. El nuevo cuerpo diplomático de progreso y el informe PISA de retroceso, parecen ir más allá y completarse con otro concepto de Paz: la analogía. Debiendo reconocer en los méritos destacados de los jóvenes vascos, catalanes y demás, de comprensión lectora comprimida y aptitud matemática atónita, a la exministra y embajadora Isabel Celaá. Su contribución a la laminación de la educación cuando ministra del ramo fue sobresaliente, se dice que fue entusiasta y creyente, como su ojeriza a la educación religiosa. De educación religiosa ella, de educación religiosa sus hijas, del colegio más pijo de Vizcaya: las Irlandesas de Leioa. Como es harto frecuente entre los socialistas, mientras la enseñanza para el común la rebajan para asimilarla a la de los niveles más bajos, y socializar así el analfabetismo de baja intensidad, ellos envían a sus hijos, como el charnego José Montilla, al colegio alemán, a liceos franceses, colegios británicos.

Isabel Celaá tras esa labor deconstructiva en la educación y mal vista por los defensores de la educación religiosa ¿con qué podría ser premiada? Pues con la embajada de España ante el Vaticano. El gran psicópata clínico daba rienda suelta a la veleidad de sus pulsiones con una doble proeza de audacia y desafío. Ante el Papa de Roma –no tanto como papa montonero–, pero también ante el conjunto de la carrera diplomática. La advenediza de Neguri Celaá provocó la protesta de la asociación de diplomáticos, no solo por totalmente extraña a ese mundo, sino porque es designada pasados los 70 años, a la edad de jubilación obligatoria para ellos. Porqué conformarse con el menor impacto de una sola arbitrariedad pudiendo ser doble. La psique de Sánchez está compelida a la exhibición de todo lo que él es capaz de hacer y entra lo insólito, descabellado, ilimitado, caprichoso, su psique le llama a la transgresión de no solo normas, sino costumbres, marco de realidades comunes, deducciones lógicas. Con la misma irreprimible inclinación catapulta como padre protector y justo a dos benditos, a uno a la Unesco y al otro la ONU. El apolíneo de fino humor y gracejo Iceta, es el de la Unesco. Nuestro paisano Gómez, el de la ONU. Si el que los nombra es un psicópata como ya el mundo coincide en calificar, y los homologa con lo que fueron Octavio Paz, Jorge Edwards, Jorge Dezcallar, Paul Morand y tantísimos, creo que el verdadero mérito será aceptar el nombramiento. Siempre se van a sentir muy incómodos, torpes, incultos, humillados pero muchas veces completamente ridículos. Que familias y amigos intervengan.

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