Opinión | Artículos de broma
Contar guerras y cadáveres
Aunque esté lejos de casa, la invasión de Ucrania enseña que una guerra no es una peste, como decíamos en los meses letales de la pandemia. No galopan por aquí los jinetes del Apocalipsis y confundimos el color de sus caballos: el rojo (alazán) es el de la guerra; el rubio (bayo), el de la enfermedad; el negro, el del hambre. «¡Que negra es el hambre!», habrá oído. La flipada de Juan, autor del Apocalipsis, ha dejado esta imagen que el tiempo embelleció porque la muerte ya no va a caballo.
El conflicto de Tigray o Tigré sabe lo que son las galopadas de los tres jinetes. En esa conflictiva frontera norte de Etiopía con Eritrea, hay un Frente de Liberación del Pueblo de Tigré al que el gobierno de Adís Abeba ha declarado una guerra que es calificada como «la más mortal en el mundo en lo que va de siglo». En una parte muy pobre se han usado armas convencionales en batallas, bombardeos y masacres y también el hambre, un arma cargada de pasado, a la que se considera responsable del 60% de los muertos civiles. Se le puede añadir, según la convención de Ginebra, un 30% más por falta de atención médica porque con el bloqueo de alimentos, medicamentos y cooperantes se ha conseguido también el apagón informativo que silencia el estruendo de disparos y estómagos e impide echar buenos números sobre sus consecuencias. Se habla de 600.000 personas muertas en dos años, una adición que se queda en la parte baja de una horquilla que suma civiles (entre 300.000 y 600.000) y combatientes (entre 100.000 y 200.000).
Las guerras no solo se miden por muertos absolutos (dicho sea, sin afán de relativizar muertos ni guerras) pero, para orientarse, en Ucrania se han registrado 7.000 muertos civiles, según la ONU, y 200.000 ucranios y rusos muertos en el campo de batalla, según fuentes militares estadounidenses. Estos datos, cuando los piensas y visualizas, sí ayudan a relativizar nuestras guerras públicas (que no lo son) en tiempos de paz, solo otra manifestación del estado de ansiedad que va matando en casa a los más débiles de entre los vulnerables.
Suscríbete para seguir leyendo
- Cambia el nombre del colegio García Escámez, en Santa Cruz, pese a la oposición del barrio
- El truco definitivo para colocar tus bolsos en el armario para que ocupen menos y queden ordenados
- La autopsia a la mujer hallada en Arico el sábado con una bolsa en la cabeza confirma que murió asesinada
- Una imagen para valorar la magnitud de la nueva pasarela de Padre Anchieta: tres carriles cortados, escolta policial...
- Abre en Santa Cruz el ‘food truck’ de Dabiz Muñoz tras la polémica del seguro
- Gracias por todos tus insultos": el atleta francés se disculpa por saltarse las normas del Teide y deja un mensaje sobre el 20A
- El detector de canarios de uno de los monologuistas de moda
- El doble de grande que Isla de Mar: así será la nueva terraza de ocio nocturno en Santa Cruz