Si nada cambia a última hora, hoy tendremos a un visitante ilustre en la Isla: el presidente de China, Xi Jinping, hará una escala en Tenerife y dormirá esta noche en un hotel del Sur de la Isla. Al día siguiente, irá de excursión al Teide, a conocer nuestro Patrimonio de la Humanidad. Si fuera por mí, me lo llevaba a echar un puchero o un escaldón. Unas papas arrugadas con mojo y carne de cochino no estarían mal.

En la visita del presidente Clinton, hace ya 14 años, se le preparó un almuerzo con productos típicos canarios para que el hombre degustara, cosa que apenas hizo, aunque cumplió. Se ofreció lo mismo a sus guardaespaldas que miraron aquello con cara de horror y pidieron hamburguesas con queso. Terrible. Ángela Merkel, en cambio, le pegaba día tras día al pescado fresco en Playa de Santiago, en sus visitas a La Gomera.

Yo espero que el presidente chino disfrute del Teide, y que coma lo que él quiera. Si quiere comida china se la preparamos igual. Al fin y al cabo, estas escalas de líderes mundiales recuerdan al mundo que estas pequeñas islas atlánticas, pegadas a África, existen. Si estas visitas ayudan, bienvenidas sean. Ahora, eso sí, si puede ser, alejen un poco al ilustre de la especie política autóctona, que estará pululando cerca. No sea que el hombre se nos asuste, se le atragante el almuerzo y no vuelva más.