A veces no hay que gastarse grandes cantidades de dinero para tener un coche tan práctico como divertido. Un vehículo que pueda ser eficiente para el día a día, pero que disponga de un motor capaz de ofrecer cierta acción, que sea espacioso para poder viajar en compañía, pero que sea maniobrable y compacto y que además disponga de lo último en tecnología. El Skoda Fabia Sport ofrece todo esto y lo hace desde 18.568 euros.

En este acabado, el Fabia se sitúa sin duda entre las propuestas más interesantes de su segmento por este precio. El habitáculo desprende calidad gracias a materiales como un símil de cuero en el salpicadero y el volante y los asientos deportivos, que además sujetan realmente bien. Elementos que, además, suman deportividad. Hay plástico duro, por supuesto, pero muy bien acabado. No hay nada desagradable y la sensación al sentarse en él es gratificante.

También tecnológicamente está bien equipado, con una pantalla central táctil y un cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas, aunque la unidad probada incomprensiblemente no ofrecía navegador -aunque sí es compatible con Apple CarPlay y Android Auto para suplir la carencia. El sistema operativo sigue siendo su gran punto flaco, algo lento y torpe en su respuesta, hecho por el que la gestión del climatizador, a medias entre botones y pantalla, se hace algo tediosa. En cuanto a la seguridad activa no falta nada y dispone de control de crucero, frenado de emergencia y alerta de cambio involuntario de carril, entre otros.

Un pequeño gran coche

Es habitual en Skoda destacar por su habitabilidad incluso en los modelos más compactos. Hasta cuatro adultos altos pueden viajar cómodamente en el Fabia Sport, aunque ofrece cinco plazas, y su maletero de 380 litros no es enorme, pero sobra para la compra y las cargas del día a día. De hecho, la marca afirma que "es el más grande de su segmento". No será el vehículo más indicado para largos viajes en familia, pero es capaz de cumplir con la misión si se le requiere.

En marcha se muestra como un coche muy cómodo gracias a una suspensión que filtra los baches muy bien sin presentar demasiado balanceo, aunque aparece si se le exige velocidad en carreteras de curvas, pese a que es un coche ágil que puede encadenarlas con soltura. Sus frenos son muy contundentes, quizá demasiado, y obligan a tener mucho cuidado con el pedal para no pegar frenazos involuntarios.

La unidad probada montaba el cambio automático DSG de siete marchas y el motor de gasolina de 110 CV en una combinación perfecta. Por su corto peso, esa potencia es más que suficiente para salir con fuerza y ofrecer una aceleración lineal pero enérgica y la transmisión trabaja de forma impecable para permitir una recuperación notable. Peca de una respuesta del acelerador algo lenta, pero la conducción es gratificante. Parece más potente de lo que es y aunque no es un deportivo, tiene matices interesantes y divertidos.

El Skoda Fabia Sport se presenta así como una propuesta interesante con un diseño atractivo -aunque se echan en falta detalles más gamberros-, un habitáculo de calidad, una carga tecnológica correcta y una combinación entre motor y transmisión muy acertada. Sin duda una gran opción en el segmento de los compactos apto para la ciudad y para disfrutar en la carretera.