Científicos de las universidades de La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria han elegido la costa del municipio de Fuencaliente como base de un estudio para medir la acidez de los océanos. En colaboración con el consistorio local, han establecido en el antiguo faro del puerto de Fuencaliente el Observatorio Marino del Cambio Climático que coordina la ULL.

Como resultado de esos estudios, los investigadores del grupo de Ecología de Comunidades Marinas y Conservación de la ULL, junto con otros pertenecientes al Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global de Las Palmas de Gran Canaria, han publicado en la revista Biogeosciences de la Europea Geoscience Union, un trabajo que pone de relieve este laboratorio natural. El artículo describe con detalle las características químicas del lugar con el objeto de que pudiera ser usado como un laboratorio natural para el estudio de la Acidificación Oceánica (AO) en las comunidades marinas, pero el estudio ha resultado mucho más interesante y ha abierto la posibilidad de investigar en otras disciplinas científicas.

Cambio climático

La AO es uno de los efectos generados por el aumento reciente del dióxido de carbono (CO2) de origen humano y que genera un desequilibrio químico en el sistema de carbono de los océanos, lo que alterará significativamente la vida de muchos organismos y del funcionamiento de los ecosistemas marinos. De ahí la importancia de estudiar sus posibles efectos en laboratorios naturales como el de Fuencaliente, lo que permitirá prever, en cierta medida, los cambios futuros como consecuencia del cambio climático.

Hasta que no se empezaron a usar este tipo de laboratorios naturales en otras zonas del mundo, los científicos solo podían realizar experimentos in vitro, utilizando tanques o acuarios donde se insufla CO2 de manera artificial. Sin embargo, el descubrimiento de este tipo de lugares como el de La Palma, que están acidificados de forma natural por la actividad volcánica, ha resultado ser fundamental para predecir las consecuencias de la AO en la biodiversidad y el ecosistema marino.

Los análisis químicos realizados en la costa de Fuencaliente muestran la presencia de unas filtraciones submarinas de aguas subterráneas que están siendo alteradas por continuas emisiones de CO2 de origen volcánico. En el mar, el efecto que se observa es un gradiente espacial de acidificación, con valores de pH que van de las 8,1 unidades de pH, a las 7,2 unidades de pH. De esta manera, se crean zonas que se asemejan a los diferentes escenarios futuristas de pH del océano que se han predicho por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Y es por ello que el sistema acidificado de Fuencaliente se considera un excelente lugar para el estudio del cambio climático en el medio marino.