Las comunidades de regantes, bienes y propietarios de aguas vinculadas al regadío del sector primario de la isla de La Palma han solicitado a la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias la colaboración para ejecutar un proyecto de desaladora en la comarca oeste de la Isla, que permita mantener la actividad agrícola en los tiempos de sequía.

Se trataría de la primera instalación de este tipo con la que contaría la Isla, en la que el último periodo de sequía ha obligado a replantear las estrategias de riego y, sobre todo, a diseñar nuevas fórmulas que permitan un mayor aprovechamiento de los recursos hídricos palmeros, que permitan mantener al sector primario, productor del 40% de la riqueza económica de La Palma.

Esta petición fue realizada en el seno de un encuentro entre el director general de Aguas, Víctor Navarro, y el director general de Agricultura, Augusto Jesús Hernández, con representantes de las sociedades Unidad Flores, Dos Pinos Cuatro Caminos, Balsa Cuatro Caminos, Cano Palma, Cueva del Agua, El Campo, Pozo del Roque, Dos Pinos, Barros del Manchón y Los Palacios.

La desalación se está convirtiendo en una posible solución en un territorio insular que hasta ahora había dado la espalda a las políticas tendentes a su utilización. Por eso, incluso desde el Consejo Insular de Aguas se trabaja desde hace meses en el análisis de un estudio de viabilidad para la implementación de plantas desaladoras modulares de agua de mar que puedan surtir de recursos hídricos, principalmente al oeste de la Isla, así como la utilización de aguas depuradas de la EDAR Los Llanos de Aridane-El Paso, algo que en ambos casos no se ha aprovechado.

El estudio concluye que existe viabilidad técnica, legal, medioambiental y en materia de ordenación del territorio para emprender un ambicioso proyecto en este sentido, que, en una primera fase, permitiría producir 13.000 metros cúbicos de agua desalada al día. La licitación estaría en torno a 2,6 millones de euros, para los que desde la institución palmera ya se busca financiación.

Existen también varias voces críticas a la instalación en La Palma de este tipo de infraestructuras, no sólo por no considerarlas adecuadas al tipo de cultivo de platanera, sino también por elevado coste energético y, sobre todo, al considerar que el acuífero de la Isla es suficiente para el abastecimiento, incluso en este último periodo de crisis hídrica.

En la reunión también se pusieron sobre la mesa algunas mejoras necesarias en la conducción de las redes, las deficiencias en riegos, los cambios de láminas de balsas o la eficiencia de los canales. Las comunidades también solicitaron el cierre del anillo de distribución del agua y la continuación del canal LP1 desde Fuencaliente a Las Manchas, para conectarlo con la balsa de Cuatro Caminos.