El eurodiputado palmero del Partido Popular Gabriel Mato defiende en Europa los intereses de las Islas desde 2009. Se ha convertido en un abanderado de la causa del sector primario canario, por lo que no rehúsa ser crítico con la gestión que en esa materia se realiza desde el Estado español. 

¿Es bueno el acuerdo del ‘brexit’ para Canarias?

Siempre he dicho que el brexit es una malísima noticia y un error histórico. Dicho esto, tengo que decir que lo realmente positivo es que, por fin, se haya alcanzado un acuerdo después de casi tres años de un proceso de divorcio entre Europa y Reino Unido que ha sido extremadamente difícil. Habíamos llegado a un punto en el que ya resultaba insostenible mantener esta situación. Muchos recordarán la advertencia que en 2017 hizo la ex primera ministra Theresa May. “Un no acuerdo es mejor que un mal acuerdo”, dijo. Desde la perspectiva europeísta, no podíamos discrepar más y por eso se luchó hasta el último momento desde las instituciones comunitarias para zanjar la situación de la forma más conveniente para los estados miembros.

¿Pueden los productos canarios estar tranquilos?

En principio, la situación parece mucho más positiva de lo que podía parecer hace solo unas semanas. Aún quedan muchos aspectos del acuerdo por analizar porque no podemos perder de vista que es un documento de más de 1.300 páginas y la importancia del asunto requiere que se estudie con todo el detenimiento del mundo porque nos jugamos muchísimo. Pero, en principio, los productores canarios van a poder seguir vendiendo sus productos en el mercado británico. Y algo muy importante, sin ningún tipo de arancel. Bien es cierto que será necesario hacer determinados trámites que hasta ahora no se requerían, pero se está trabajando para que sean procedimientos simplificados y de fácil cumplimiento.

¿Cuáles son los siguientes pasos para defender a Canarias?

Ahora el acuerdo tendrá que ser ratificado por el Parlamento Europeo en febrero y, aunque los eurodiputados solo tendremos que decir sí o no al acuerdo, estoy seguro de que se producirá un debate amplio porque hay algunos temas, como la pesca en aguas británicas, cuya situación no ha quedado bien resuelta.

¿A qué se refiere con que no ha quedado bien resuelta?

Es muy sencillo. Si hablamos a corto plazo, España queda bien porque no se ha hecho la rebaja que se pretendía hacer inicialmente en las cuotas de pesca. Sin embargo, hay otros estados miembros, como Bélgica, Holanda y Francia, que se ven perjudicados y que, de no corregirse, forzarán que sus flotas puedan pescar en aguas en las que pesca España y Canarias. Competirán con nosotros, lo que significa que a la larga nos veremos perjudicados. A esta posibilidad hay que añadir que el acuerdo del brexit deja en el aire lo que sucederá una vez transcurridos los cinco primeros años. Si no se corrige, estaremos de nuevo sumidos en la incertidumbre, porque la gestión de la pesca ha de hacerse a largo plazo y la posibilidad de acuerdos anuales pone muy difícil poder velar por los intereses de los pescadores comunitarios.

¿Y el plátano?

El sector platanero no se ve directamente afectado por el brexit. Recordemos que la mayor parte de la producción va dirigida al mercado nacional y la salida del Reino Unido no afecta a su distribución.

¿Qué le parece la Ley de la Cadena Alimentaria?

El Gobierno de Pedro Sánchez se ha equivocado de manera estrepitosa con este asunto, pero no es más que otro ejemplo de que no entienden las especificidades de Canarias y de nuestra economía. Siempre digo que me llama mucho la atención el hecho de que en Europa sí han sabido ver que el Archipiélago necesita un tratamiento diferenciado mientras que aquí, en España, tenemos que estar constantemente luchando por defender nuestras singularidades. La mejor prueba del apoyo de la UE a Canarias es que en los últimos siete años se han invertido en las islas 13.300 millones de euros, más del 30% del total destinado al país.

¿Se puede poner en riesgo el futuro del plátano?

Claramente, sí. Nadie duda de la filosofía que inspira a esta segunda reforma de la Ley, pero cada producto tiene una realidad distinta y es necesario que la normativa general se adapte a cada una de ellas. Al final, estamos hablando de una nueva decisión arbitraria del Gobierno de España que solo demuestra un desconocimiento profundo de las Islas y que pone en riesgo el trabajo de años por defender al plátano de Canarias frente a la banana. El Gobierno socialista está a tiempo de corregir este error durante ese proceso de tramitación, pero el Ejecutivo canario tiene que ponerse del lado de los plataneros y hacer valer sus siglas políticas. Mientras, lo que sí puedo garantizarle es que los representantes canarios del PP en el Senado y en el Congreso estarán vigilantes para velar por los intereses de nuestros agricultores.

¿Sabrá La Palma aprovechar las oportunidades que da Europa para diversificar la economía?

Es cierto que lo que tiene más visibilidad es el apoyo europeo a los sectores más tradicionales, a través de instrumentos como el POSEI. Pero en los últimos tiempos, se están haciendo avances para introducir otras actividades en el modelo económico de La Palma. En algunos casos sí, especialmente en los relacionados con la actividad económica más arraigada, pero cuesta mucho que las instituciones de las Islas hagan uso a determinados instrumentos diseñados por la UE para diversificar el modelo. Sin embargo, poco a poco se van haciendo pequeños avances. Un buen ejemplo, es la futura planta de preengorde de peces que se está construyendo en el Puerto de Tazacorte porque demuestra cómo se puede invertir bien el dinero procedente de Europa, en este caso para impulsar la acuicultura.

¿Qué balance hace de la gestión europea y española de la pandemia?

Al principio fui muy crítico con la gestión europea porque las primeras decisiones se tomaron tarde y mal. Sin embargo, poco después, se dieron pasos muy importantes. Me atrevo a decir que más que en los cuatro años de la crisis de 2008. No podía ser de otra forma porque este está siendo, sin duda, uno de los momentos más dolorosos de la historia reciente de Europa. La UE ha hecho un esfuerzo sin precedentes desde el punto de vista económico con 750.000 millones de euros para lucha contra el coronavirus. Ahora viene lo importante: ¿será el Gobierno de España capaz de gestionar este dinero?

¿Es suficiente?

Cuando hablamos de mejorar la vida de los europeos y ayudarles en una situación tan difícil, nunca es suficiente. Pero el problema real no es ese. El auténtico drama es que cuando la parte que corresponde a España llegue nos encontraremos con lo de siempre. Un gravísimo problema de gestión que hará que recibir más fondos se convierta en un problema que en otra cosa. Tenemos un ejemplo cercano en la gestión de la vacunación. Da igual el esfuerzo de científicos por sacar adelante una vacuna en un tiempo récord y la buena gestión de la UE por asegurar que todos los Estados miembros estén en igualdad de condiciones para comenzar la vacunación lo antes posible, porque luego nos encontramos con que hay comunidades, como Canarias, en las que se frena el ritmo de vacunación con excusas tan peregrinas como los días festivos en Navidad. Estamos hablando de frenar una pandemia, no de una tarea administrativa más. No se pueden dar pasos en falso ni ser cobardes a la hora de tomar determinadas decisiones. No estamos hablando de que nos jugamos más o menos. Es que nos lo jugamos todo.