Garafía cuenta con más electores fuera de sus fronteras que en su propio municipio, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de cara a las elecciones del próximo 26 de mayo, por lo que oficialmente la elección de su nueva corporación dependerá de las personas con derecho a voto que viven en el exterior.

Según el Censo Electoral de Residentes-Ausentes que viven en el extranjero (CERA), 1.425 personas que tienen su vivienda habitual fuera de España tienen derecho a voto en los inminentes comicios al municipio rural por excelencia de la Isla. La mayoría de ellos están residiendo en Venezuela, un país al que en su día emigraron un número notable no solo de garafianos sino de palmeros, en general.

Mientras, en el censo electoral de españoles residentes en España (CER), que no solo en el municipio, se encuentran 1.179 potenciales votantes a la nueva corporación de Garafía, una localidad en la que viven 1.626 personas, según la cifra que aporta el INE a 1 de enero de 2018.

Por tanto, con los datos en la mano, las personas que integran el CERA podrían decidir por sí solos quién sería el nuevo alcalde, aunque les afecte poco o nada sus decisiones en la vida cotidiana. Sin embargo, la oficialidad no tiene en este caso que ver con la realidad. Desde 2011 los residentes en el exterior tienen que 'rogar' el voto, lo que se conoce como 'voto rogado', después de una reforma electoral que impulsaron el PP, PSOE, CiU y PNV, y a la que CC, con el político palmero José Luis Perestelo como protagonista de aquel debate, se opuso de forma rotunda, provocara que el número de papeletas que llegan desde otros países sea mínima.

Antes del cambio de normativa, estos electores sí llegaron a resultar determinantes en el color político de algún ayuntamiento de la Isla.

La modificación se produjo para evitar los fraudes que se estaban produciendo, pero el resultado ha sido perverso. La mayoría de los potenciales votantes ya ni tan siquiera intentan ejercer su derecho al voto por las dificultades de los trámites, una burocracia que tiene incidencia tanto a la hora de rogar el voto como a la hora de remitirlo, a lo que se une que un porcentaje alto de las papeletas no llegan en plazo. En el caso de Venezuela, que el más que ataña a Garafía, se une además la inestabilidad que vive el país y que afecta también a las cuestiones administrativas.

Esta realidad también tiene una incidencia en una reducción de esfuerzos evidentes en los partidos políticos a la hora de captar el voto del exterior.

En ningún otro municipios de La Palma se da esta curiosa circunstancia y en todos ellos es mayor el CER que el CERA, aunque es cierto que en Garafía las cifras están bastante ajustadas (1.618 por 1.438 electores) y que también sorprende el número de electores de Villa de Mazo que se encuentran en el censo de residentes ausentes (2.822 por 3.754 que viven en España).