La Laguna prepara un tributo a las Siervas de María por su labor en la ciudad

El Ayuntamiento aprueba la apertura del expediente para distinguir a la orden religiosa

La congregación anunció su marcha del municipio por la falta de vocaciones

Una procesión del Cristo de La Laguna delante de la sede de las Siervas de María.

Una procesión del Cristo de La Laguna delante de la sede de las Siervas de María. / El Día

D. Ramos

La Laguna rendirá un tributo a la congregación de monjas de las Siervas de María, que anunció meses atrás que abandonaba la ciudad debido a la falta de vocaciones. El Pleno aprobó en su última sesión, con la abstención de Unidas se Puede y Drago Verdes Canarias (DVC), una moción de Vox para que se incoe expediente para otorgar la Mención Honorífica y Distinción de San Cristóbal de La Laguna a ese colectivo religioso «por su labor social, asistencial y caritativa».

La historia de la congregación en el municipio se remonta a 1899. Fue ahí cuando llegaron a La Laguna «las primeras siervas: sor Rosalía Sanz, sor Jesús Gómez, sor Sabina Ibarre, sor Rita Pina y sor Amparo López, acompañadas de una comisión de la Junta de Señoras de la Sociedad de la Caridad», según recoge una web de esta orden eclesiástica.

La moción fue presentada por José Manuel Brito (Vox) y en ella destaca un «compromiso inquebrantable y una devoción ejemplar» de las Siervas de María. «La presencia de la Orden Religiosa Siervas de María Ministras de los Enfermos en nuestra ciudad ha sido un faro de esperanza y compasión para innumerables personas a lo largo de estos 125 años», expone el concejal, y añade que «su incansable labor en áreas de educación, atención sanitaria, asistencia social y promoción de los valores humanitarios ha dejado una huella indeleble en nuestra comunidad y en los corazones de aquellos a quienes han servido».

Sostiene Brito en la iniciativa plenaria que la congregación merece este reconocimiento «no solo por su longevidad, sino también por la calidad y la amplitud de su impacto en la vida de tantas personas». Y prosigue: «Su compromiso con la compasión y la solidaridad ha sido un ejemplo para todos nosotros, y su legado perdurará mucho más allá de su presencia física en nuestra ciudad de San Cristóbal de La Laguna».

Tras su llegada en 1899 al municipio, comenzaron a ejercer su misión asistencial «con total dedicación a los enfermos hospitalizados, pues era esa la intención con la que se solicitó la presencia de las hermanas en esta isla». Después se unió a lo anterior la asistencia a domicilio y la atención a los más necesitados.

El anuncio de la marcha lo realizó en febrero la superiora provincial, Encarnación Rodríguez, en un comunicado publicado en Nivariensedigital, el portal de comunicación del Obispado de Tenerife. «Al marcharnos de aquí lo hacemos con el corazón lleno de dolor, y también de gratitud», expresó. «Gratitud, en primer lugar, al Señor, que nos ha dado esta vocación y nos ha sostenido en este servicio a los enfermos. Y agradecemos también a los laguneros que durante estos largos años nos han ayudado dándonos su apoyo y cariño y, lo que es más importante, confiando sus seres queridos a nuestros cuidados», agregó la religiosa.

«Como la causa de esta decisión es solamente la falta de vocaciones, sobra decir que, de ser bendecidas por el Señor con un florecimiento vocacional, no renunciamos a la esperanza de que nuestra presencia sea de nuevo una realidad en la ciudad, pues no se trata de supresión, sino de cierre», matizó Rodríguez.