Una fachada polémica pero legal en La Laguna

El Ayuntamiento lagunero remarca que el nuevo edificio

de la calle Nava y Grimón cumple con la normativa vigente

La fachada de un edificio que se construye en la calle Nava y Grimón ha acaparado todo tipo de comentarios, muchos críticos, en las últimas semanas. La razón: un diseño moderno que contrasta con su entorno. El Ayuntamiento aclara que el inmueble cumple con la ley y el plan de protección del casco histórico.

La fachada de una nueva edificación en la calle Nava y Grimón, en el conjunto histórico de La Laguna, ha cosechado críticas en las redes sociales en las últimas semanas. Su aspecto moderno entre casonas antiguas supone un contraste que ha centrado el debate ciudadano. El Ayuntamiento lagunero, a través de la Gerencia de Urbanismo, ha querido intervenir con un pronunciamiento técnico y normativo en el que deja claro que la fachada es legal y que respeta escrupulosamente lo que defiende el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico. Este documento subraya que las nuevas edificaciones «en ningún caso deben ser una repetición de la edificación tradicional existente».

El edil director de la Gerencia de Urbanismo, Santiago Pérez, explica en un comunicado que este informe técnico se ha sido redactado «a raíz de la controversia que se ha generado, especialmente en redes sociales, tras el derribo de la antigua vivienda, que no contaba con ningún tipo de protección, y la construcción de esta nueva edificación con un diseño contemporáneo».

El documento, elaborado por el Servicio de Gestión del Casco Histórico, «no deja lugar a dudas sobre el correcto procedimiento en este caso, y que el nuevo inmueble se adapta a la planificación vigente. Además, evita el falseamiento histórico en el diseño arquitectónico, que es una práctica que no tiene cabida, por mucho que el edificio pueda gustar más o menos».

Ese informe recuerda que el 14 de febrero de 2017 se concedió a la entidad Mutua Tinerfeña la licencia para la construcción de un edificio destinado a oficinas, sala de exposiciones, salón de actos y cafetería, según proyecto redactado inicialmente por Estudio Pallés SLP y posteriormente modificado por el arquitecto Carlos Garcinuño Zurita. De forma simultánea se concedió licencia para la demolición de la edificación preexistente, que «no se encontraba incluida en el catálogo de edificaciones protegidas del vigente Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico, ni tampoco constaba en el catálogo de protección del Plan General de Ordenación, vigente desde el año 2000, ni en documentos anteriores como el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco o el dosier elaborado para la inclusión del Conjunto Histórico de esta ciudad en la lista de bienes integrantes del Patrimonio Mundial por la Unesco».

«Tampoco consta que ningún órgano del Cabildo haya adoptado resolución alguna que implicase la adopción de alguna medida cautelar para la protección de posibles valores patrimoniales ni el inicio de procedimiento para la modificación del catálogo de edificaciones protegidas», advierte el comunicado del Ayuntamiento.

La Gerencia de Urbanismo recuerda que según el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico «la nueva edificación que se incorpore en el Conjunto Histórico de La Laguna en ningún caso debe ser una repetición de la edificación tradicional existente. Deberá adecuarse a normas concretas de volumetría, porcentaje de ocupación, alturas, espacios libres... dentro de parámetros de armonía y respeto con lo existente, pero dejando libertad a la respuesta arquitectónica que corresponde a nuestro momento histórico».

El proyecto que se ha ejecutado ha supuesto una reducción de la volumetría existente hacia la calle Nava y Grimón, dado que la edificación preexistente tenía tres plantas de altura. Se ha contemplado un patio interior y una ordenación del espacio siguiendo los criterios establecidos para la manzana en la que se encuentra.

El informe hace una aclaración respecto de la relación entre la arquitectura contemporánea y los conjuntos históricos protegidos, «cuestión que ha sido siempre un asunto de debate y de cierta polémica». Y recalca que «no existe un momento histórico en la ciudad que sea más histórico que otro. Su realidad es la suma de una sucesión de épocas distintas que responden a momentos sociales y culturales igual de válidos. Consecuentemente, los planes de protección no deben invitar a reproducir la escenografía de un determinado momento de su historia como si fuese el único posible».

Además, se cita la Carta de Atenas, «documento que ha servido como criterio de interpretación de la salvaguarda de los valores arquitectónicos, tanto en lo que se refiere a edificios aislados como a conjuntos urbanos, para indicar que el empleo de estilos del pasado, bajo pretexto de estética, en construcciones nuevas erigidas en zonas históricas, tiene consecuencias nefastas. El mantenimiento de tales usos o la introducción de esas iniciativas no será tolerado en ninguna forma».